Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvara a su pueblo de los pecados

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Is 62,1-5

Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido.

Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo.

Sal 88,4-5.16-17.27.29

Cantaré eternamente las misericordias del Señor.

Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: «Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades.»

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo.

Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» Le mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable.

Hechos 13,16-17.22-25

Habiendo llegado a Antioquía de Pisidia, Pablo se puso en pie en la sinagoga y, haciendo seña de que se callaran, dijo: «Israelitas y los que teméis a Dios, escuchad:

El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres y multiplicó al pueblo cuando vivían como forasteros en Egipto. Los sacó de allí con brazo poderoso.

Después nombro rey a David, de quien hizo esta alabanza: «Encontré a David, hijo de Jesé, hombre conforme a mi corazón, que cumplirá todos mis preceptos.»

Según lo prometido, Dios sacó de su descendencia un salvador para Israel: Jesús.

Antes de que llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de conversión; y, cuando estaba para acabar su vida, decía: «Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias.»»

Mateo 1,1-25

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.

Abrahán engendró a Isaac,

Isaac a Jacob,

Jacob a Judá y a sus hermanos.

Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará,

Farés a Esrón,

Esrón a Aram,

Aram a Aminadab,

Aminadab a Naasón,

Naasón a Salmón,

Salmón engendró, de Rahab, a Booz;

Booz engendró, de Rut, a Obed;

Obed a Jesé,

Jesé engendró a David, el rey.

David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón,

Salomón a Roboam,

Roboam a Abías,

Abías a Asaf,

Asaf a Josafat,

Josafat a Joram,

Joram a Ozías,

Ozías a Joatán,

Joatán a Acaz,

Acaz a Ezequías,

Ezequías engendró a Manasés,

Manasés a Amós,

Amós a Josías;

Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.

Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel,

Salatiel a Zorobabel,

Zorobabel a Abiud,

Abiud a Eliaquín,

Eliaquín a Azor,

Azor a Sadoc,

Sadoc a Aquirn,

Aquím a Eliud,

Eliud a Eleazar,

Eleazar a Matán,

Matán a Jacob;

y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce.

El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvara a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa «Dios-con-nosotros».»

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer.

Y sin que él hubiera tenido relación con ella, dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Jesús.

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