Santa Catalina Labouré

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Fue la santa que tuvo el honor de que la Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa, fiesta que celebramos ayer, ya que su encuentre con la Virgen tuvo lugar un 27 de noviembre.

(Mercaba.org)- Sus padres tuvieron diecisiete hijos de los que vivieron nueve. Catalina era la séptima. Nació en Fain-les-Moutiers (Francia), el 2 de Enero del 1806. Huérfana de madre desde los nueve años, pasó la niñez entre las aves y los animales de la granja porque tuvo que hacerse cargo de las faenas de la casa junto con su hermana pequeña Tonina.

Dos amas de casa, en una familia numerosa, que tenían doce y nueve años. Ella nota el tirón de la vocación a la vida religiosa. Pero —los santos casi siempre lo tuvieron difícil— tiene que vencer engorrosas y complicadas dificultades familiares para poder realizarla. Incluso tuvo que trabajar como criada y camarera en los negocios de dos hermanos mayores suyos durante algunas temporadas. Lo que pasa es que, cuando Dios llama y uno persevera, las dificultades se superan. Ingresó en las Hijas de la Caridad que fundó San Vicente de Paul.

El amor a Dios le lleva a cumplir fielmente las ocupaciones habituales. Se desenvuelve en la vida sencilla y escondida de una religiosa que tiene por vocación atender a los que están limitados: asilos, hospitales, manicomios, hospicios etc., en donde hay enfermos, sufrimiento, camas, cocina, ropas … rezos y ¡mucho amor a Dios!

Hubiera empleado su vida, como tantas religiosas santas, sin que su nombre hubiera pasado a las líneas de la historia, de no habérsele aparecido la Virgen Santísima en el mes de Julio del 1830 y luego varias veces más.

Aún se puede ver, en la rue du Bac, de París, el sillón de respaldo y brazos muy bajos, tapizado de velludillo rojo en donde estuvo sentada Nuestra Señora en la primera aparición. Aparte de otras cosas personales, le pide la Virgen que se grabe una medalla con su imagen en la que aparezcan unos haces de gracia que se derraman desde sus manos para bien de los hombres. Luego, esa medalla ha de difundirse por el mundo. Es el comienzo de la Medalla Milagrosa.

Después pasó su vida desempeñando trabajos escondidos y sin brillo propios de cualquier religiosa. Nadie supo hasta la muerte de esta monjita bretona — no muy letrada— el hecho de las apariciones que ella quiso guardar con el pudor propio de quien conoce la grandeza, las finuras y la personal delicadeza del amor. Sólo tuvo conocimiento puntual el P. Aladel, su confesor.

Muere el 31 de Diciembre del 1876. La canonizó el papa Pío XII.

Publicado en Mercaba.org.

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Comentarios
4 comentarios en “Santa Catalina Labouré
  1. ¡Oh, María sin pecado concebida, Rogad por nosotros que recurrimos a vos!

    Esa invocación está en en la medalla que la Virgen mandó hacer a esta criada de las monjas; pero la Iglesia no la quiso imprimir, porque aún no se había reconocido el dogma de la Inmaculada.
    Poco tiempo después se le apareció la Virgen a otros ignorantes; a una niña enferma en Lourdes y a unos pastorcitos en Fátima. Les dijo que era la Inmaculada Concepción; así se presentó a ellos en un principio, con unas palabras incomprensibles para ellos.

    Dios, para cumplir su Providencia, recurre, a veces, a los más débiles.

  2. Que los santos me gustan mucho, su deseo de ser de Dios, los hace atrayentes , que bonito sería que la santidad fuera una especie de enfermedad, y que cundiera una pandemia , yo buscaría contagiarme. Bueno, bueno, se vale soñar

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