El sábado por la mañana el Papa recibió en audiencia en el Aula Pablo VI, a más de 7000 representantes del Movimiento adulto de Scouts Católicos italianos, fundado en 1954. Francisco les agradeció por sesenta años de compromiso apostólico y de testimonio en la Iglesia y en la sociedad de los valores de lealtad, fraternidad y amor a Dios y al prójimo.
«Quisiera entonces alentarlos a que continúen su camino que los llama a hacer camino en familia; hacer camino en el creado; hacer camino en la ciudad. Caminar, haciendo camino: caminantes, ¡no errantes y no quietos! Caminar siempre, pero haciendo camino».
Por lo tanto tres ámbitos clave a partir de la familia, la “célula de la sociedad”, la “comunidad de amor y de vida”, afirmó Francisco, “nos enseña a relacionarnos con los otros y con el mundo”. “Todas las vocaciones dan sus primeros pasos ahí y llevan su huella”:
«Para un movimiento como el de ustedes, basado en la educación permanente y en la elección educativa, es importante reafirmar que la educación en familia constituye una elección prioritaria. Para ustedes padres cristianos la misión educativa encuentra una de sus fuentes especificas en el Sacramento del matrimonio, por el que la tarea de criar a los hijos constituye un verdadero y propio ministerio en la Iglesia».
Hacer camino en el creado es el segundo punto de la vida scout. Como discípulos de Cristo, dijo el Papa, tenemos otro motivo para tutelar y defender el don que nos ha confiado el Creador:
«Vivir en más estrecho contacto con la naturaleza, como hacen ustedes, implica no solamente el respeto de ella, sino también el compromiso a contribuir concretamente para eliminar los derroches de una sociedad que tiende cada vez más a descartar bienes aun utilizables y que se pueden donar a aquellos que los necesitan».
Finalmente, hacer camino en la ciudad: a los scouts adultos el Obispo de Roma pidió ser levadura para la realización del bien común y ofrecer como una brújula “un corazón orientado, o sea con el sentido de Dios”:
«En una sociedad compleja y multicultural, ustedes pueden testimoniar con sencillez y humildad el amor de Jesús por cada persona, experimentando también nuevos caminos de evangelización, fieles a Cristo y fieles al hombre, que en la ciudad vive a menudo situaciones fatigosas, y a veces corre el riesgo de extraviarse, de perder la capacidad de ver el horizonte, de sentir la presencia de Dios. Entonces la verdadera brújula que ofrecer a estos hermanos y hermanas es un corazón cercano, un corazón ‘orientado’, o sea con el sentido de Dios». (RC-RV)
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Muy acertadas las palabras del Papa, como con los anteriores Papas que también lo decían.
Llevar a los hijos por el camino del cristianismo es muy bueno y sano para ellos, teniendo siempre la Biblia como base para tener el corazón orientado a Dios.
Magnificas palabras Papa Francisco.
Me ha resultado gratificante.
Tiene toda la razón del mundo,desde mi humilde punto de vista y también opino lo mismo que usted Doña Mercedes.
Que Dios se apiade de todos nosotros.
«tarea de criar a los hijos constituye un verdadero y propio ministerio en la Iglesia”.
Los atentados contra el derecho de los padres constituyen, en definitiva, un atentado contra el derecho del hijo.
Sin embargo, que el derecho del hijo a ser educado sea más básico, no implica que los padres puedan renunciar a ser educadores, tal vez con el pretexto de que otras personas o instituciones puedan educar mejor. El hijo es, ante todo, hijo; y para su crecimiento y maduración resulta fundamental el ser acogido como tal en el seno de una familia.
Es la familia el lugar natural en el que las relaciones de amor, de servicio, de donación mutua que configuran la parte más íntima de la persona se descubren, valoran y aprenden. De ahí que, salvo casos de imposibilidad, toda persona debería ser educada en el seno de una familia por parte de sus padres, con la colaboración –en sus diversos papeles– de otras personas: hermanos, abuelos, tíos…
A la luz de la fe, la generación y la educación adquieren una dimensión nueva: el hijo está llamado a la unión con Dios, y aparece ante los padres como un regalo que es, a la vez, manifestación del propio amor conyugal.
Cuando nace un nuevo hijo, los padres reciben una nueva llamada divina: el Señor espera de ellos que lo eduquen en la libertad y en el amor, que lo lleven poco a poco hacia Él. Espera que el hijo encuentre, en el amor y la atención que recibe de sus padres, un reflejo del amor y la atención que Dios mismo le dedica. De ahí que, para un padre cristiano, el derecho y deber de educar a un hijo sea irrenunciable por motivos que van más allá de un cierto sentido de la responsabilidad: es irrenunciable también porque forma parte de su respeto a la llamada divina recibida con el bautismo.
Ahora bien, si la educación es una actividad primordialmente paterna y materna, cualquier otro agente educativo lo es por delegación de los padres y subordinado a ellos. «Los padres son los primeros y principales educadores de sus propios hijos, y en este campo tienen incluso una competencia fundamental: son educadores por ser padres. Comparten su misión educativa con otras personas e instituciones, como la Iglesia y el Estado. Sin embargo, esto debe hacerse siempre aplicando correctamente el principio de subsidiariedad» (2).
Lógicamente, es legítimo que los padres busquen ayudas para educar a sus hijos: la adquisición de competencias culturales o técnicas, la relación con personas más allá del ámbito familiar, etc., son elementos necesarios para un correcto crecimiento de la persona, que los padres –por sí solos– no pueden atender adecuadamente. De ahí que «cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su consentimiento y, en cierto modo, incluso por encargo suyo» (3): tales ayudas son buscadas por los padres, que en ningún momento pierden de vista lo que esperan de ellas, y están atentos para que respondan a sus intenciones y expectativas.
Foto: ndj5.
PADRES Y ESCUELAS
La escuela ha de ser vista en este contexto: como una institución destinada a colaborar con los padres en su labor educadora. Cobrar conciencia de esta realidad se hace más acuciante cuando consideramos que, en la actualidad, son numerosos los motivos que pueden llevar a los padres –a veces sin ser enteramente conscientes– a no comprender la amplitud de la maravillosa labor que les corresponde, renunciando en la práctica a su papel de educadores integrales.
La emergencia educativa, tantas veces evidenciada por Benedicto XVI, hunde sus raíces en esta desorientación: la educación se ha reducido a «la transmisión de determinadas habilidades o capacidades de hacer, mientras se busca satisfacer el deseo de felicidad de las nuevas generaciones colmándolas de objetos de consumo y de gratificaciones efímeras» (4), y de este modo los jóvenes quedan «abandonados ante los grandes interrogantes que surgen inevitablemente en su interior» (5), a merced de una sociedad y una cultura que ha hecho del relativismo su propio credo.
Frente a estos posibles inconvenientes, y como consecuencia de su derecho natural, los padres han de sentir que la escuela es, en cierto modo, una prolongación de su hogar: un instrumento de su propia tarea como padres y no sólo un lugar donde se proporciona a los hijos una serie de conocimientos.
Como primer requisito, el Estado debe salvaguardar la libertad de las familias, de modo que éstas puedan elegir con rectitud la escuela o los centros que juzguen más convenientes para la educación de sus hijos. Ciertamente, en su papel de tutelar el bien común, el Estado posee unos derechos y unos deberes sobre la educación: sobre ellos volveremos en un próximo artículo. Pero tal intervención no puede chocar con la legítima pretensión de los padres de educar a sus propios hijos en consonancia con los bienes que ellos sostienen y viven, y que consideran enriquecedores para su descendencia.
Como enseña el Concilio Vaticano II, el poder público –aunque sea por una cuestión de justicia distributiva– debe ofrecer los medios y las condiciones favorables para que los padres puedan «escoger con libertad absoluta, según su propia conciencia, las escuelas para sus hijos» (6). De ahí la importancia de que quienes trabajan en ambientes políticos o relacionados con la opinión pública busquen que tal derecho quede salvaguardado, y en la medida de lo posible se promueva.
Me recuerda a un precioso poema compuesto por Antonio Machado ( Sevillano ) y cantado por Joan Manuel Serrat. » …Caminante son tus huellas el camino y nada más.
Caminante, no hay camino se hace camino al andar. ..»
“Quisiera entonces alentarlos a que continúen su camino que los llama a hacer camino en familia; hacer camino en el creado; hacer camino en la ciudad. Caminar, haciendo camino: caminantes, ¡no errantes y no quietos! Caminar siempre, pero haciendo camino”.
Traduccion :
La crianza es un derecho inalienable de los hijos.
No creo que los apostoles s eimpusieran en la crianza y educacion de los niños a las las madres y alos padres.
Hasta la Sagrada Familia , es el modelo de esta crianza
lapsus
Es un innalienable derecho de los padres ( no de las Iglesias)
CUÁNTA FALSEDAD HAY EN EL MUNDO, CUÁNTA MENTIRA…PERO A DIOS NO SE LE PUEDE ENGAÑAR…DIOS CONOCE LOS CORAZONES, Y SABE QUE EL MAL Y LA MALDAD NO DESCANSA, CORROMPIENDO LO SANTO Y VERDADERO: LA FAMILIA 😉
se me han venido estas frases a la cabeza después de leer el comunicado del Papa:
«Madre es el nombre de Dios en los labios y corazones de los niños.”The Crow
«Todos necesitamos ser aceptados, pero deben entender que sus convicciones son suyas, les pertenecen (…) aunque toda la manada diga: ¡no está bien! Robert Frost dijo: dos caminos divergen en un bosque, y yo tomé el menos transitado de los dos, y aquello fue lo que cambió todo. Quiero que encuentren su propio camino. «El club de los poetas muertos.
«Todos te dicen que hacer y que es lo que te conviene. Nadie quiere que encuentres tus propias respuestas. Quieren que creas las de ellos.» Camino de un guerrero.
“No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.”De joven, si sacaba una buena nota en un examen de lo que fuera me sentía bien pensando en todo lo que podía llegar a ser.”En busca de la felicidad.
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se me han venido estas frases a la cabeza después de leer el comunicado del Papa:
“Madre es el nombre de Dios en los labios y corazones de los niños.”The Crow
“Todos necesitamos ser aceptados, pero deben entender que sus convicciones son suyas, les pertenecen (…) aunque toda la manada diga: ¡no está bien! Robert Frost dijo: dos caminos divergen en un bosque, y yo tomé el menos transitado de los dos, y aquello fue lo que cambió todo. Quiero que encuentren su propio camino. “El club de los poetas muertos.
“Todos te dicen que hacer y que es lo que te conviene. Nadie quiere que encuentres tus propias respuestas. Quieren que creas las de ellos.” Camino de un guerrero.
“No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.”De joven, si sacaba una buena nota en un examen de lo que fuera me sentía bien pensando en todo lo que podía llegar a ser.”En busca de la felicidad.
Mucha razón tienen las palabras del Santo Padre. Y se las podría aplicar a sí mismo a la hora de guiar a los hijos de Dios, más que nada para que no nos lleve a las tinieblas. Queremos Fe, no kasperismo.
Muy ciertas las palabras del Papa.
Bendito sea Dios que le guia.