Mientras los demás obispos de Cataluña actúan con prudencia ante los acontecimientos políticos de su tierra, Novell no oculta su deseo irrefrenable de llamar la atención. A continuación, la carta dominical del Obispo Novell y su traducción al castellano:
Todo el mundo ha esperado con expectación este día. Cuando escribo estas palabras, una parte de Cataluña mira el 9- N con esperanza, la otra con enojo, pero todos con incertidumbre. Una vez más, considero que no puedo hablar hoy de otra cosa. Lo hago teniendo presente lo que recientemente publicábamos los obispos de Cataluña: « Exhortamos a los católicos y todos aquellos que quieran escucharnos, a examinar cuidadosamente, a la luz de la enseñanza social de la Iglesia, y a decidir con responsabilidad cómo cumplir, si se nos requiere, con nuestros deberes cívicos y democráticos. » Fuimos convocados a una consulta no refrendataria sobre el futuro político de Cataluña. El Tribunal Constitucional la suspendió. El presidente de la Generalitat anunció un proceso de participación ciudadana alternativo. Cuando escribo estas líneas no sé si, de nuevo, el Gobierno de España lo habrá impugnado, ni si el Tribunal Constitucional lo habrá suspendido. Lamenté la primera suspensión y, en su caso, lo volvería a lamentar. En primer lugar, porque, como ya os conté, estoy convencido de que, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, Cataluña tiene derecho a la autodeterminación. En segundo lugar, porque creo que, a estas alturas, lo que pedíamos los obispos -«diálogo y entendimiento entre todas las partes interesadas a fin de lograr soluciones justas y estables, que fomenten la solidaridad y la fraternidad»- , me parece que solo es posible después de una consulta a la ciudadanía. Respeto a los que piensan que se ha de impedir, pero me temo que esta posición no aporta ninguna solución sino que agrava el problema. Sólo me queda rezar la oración con que los obispos concluíamos nuestra nota: «Que, con la prudencia de los gobernantes y la honradez de los ciudadanos, se mantenga firme la concordia y la justicia, y que tengamos un progreso constante en la paz».
«A la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, Cataluña tiene derecho a la autodeterminación»
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