Un colaborador de ETA entre los firmantes contra Munilla

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José Ramón Treviño fue condenado a tres años de prisión por ocultar a dos terroristas después de haber cometido un triple asesinato. El 19 de febrero de 1992 fallecen víctimas de la explosión de un coche-bomba en el barrio obrero de La Albericia de Santander JULIA RÍOS RIOZ, su marido EUTIMIO GÓMEZ GÓMEZ y el estudiante ANTONIO RICONDO SOMOZA. A Eutimio, Julia y Antonio les alcanzó de lleno la explosión, a las 20:10 horas, del coche-bomba activado a distancia al paso de una patrulla de la Policía Nacional que se dirigía al cuartel situado a unos 300 metros. Además de las tres víctimas mortales, resultaron gravemente heridos los dos agentes que viajaban en el furgón: Benito Sáiz Corral, de 50 años, que fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Marqués de Valdecilla, con fracturas múltiples en las extremidades y heridas en cara y cuerpo, y Francisco Vega Cumplido, de 40, intervenido quirúrgicamente de hundimiento craneal. Otras dieciocho personas sufrieron lesiones de diferente consideración, de las que siete fueron dadas de alta a primera hora de la tarde. Los autores de esta barbarie huyeron en dirección a Francia. Al llegar a Irún fueron refugiados en los salones parroquiales por el entonces Arcipreste, José Ramón Treviño. La Audiencia Nacional consideró probado que Treviño conocía del atentado cometido por los etarras. Treviño cumplió su condena, nunca pidió perdón públicamente y al salir de la cárcel se incorporó como delegado de Cáritas en San Sebastián.