El que fuera director general del Regnum Christi y de los Legionarios de Cristo de 2005 a 2014 falleció este lunes, 30 de junio en Ciudad de México tras una larga lucha contra el cáncer. Álvaro Corcuera Martínez del Río nació en la Ciudad de México el 22 de julio de 1957. Era hijo de Pablo L. Corcuera García Pimentel y Ana Francisca Martínez del Río Fernández de Henestrosa. Realizó sus estudios de primaria en el Instituto Cumbres y luego en el Irlandés de Ciudad de México. En 1974 entró en el movimiento Regnum Christi. Al año siguiente se consagró dentro de ese movimiento de apostolado y comienzó estudios de Ciencias de la Educación en la Universidad Anáhuac, carrera que concluyó en 1979. Ese mismo año entró al noviciado de los Legionarios de Cristo. Estudió filosofía y teología en Roma en las universidades Gregoriana y Angelicum. Fue ordenado diácono el 29 de junio de 1985 por monseñor Santos Abril Castelló, en aquel entonces nuncio del papa en Bolivia. Ese mismo año (1985) fue ordenado sacerdote por el cardenal Eduardo Martínez Somalo. Luego se desempeñó como rector del centro de estudios que los Legionarios tienen en Roma y rector del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum desde 1993 hasta el 2000. Desde 2001 fue consultor de la Congregación para los obispos. En 2005, durante el capítulo general de los Legionarios de Cristo, fue elegido como superior general de los Legionarios de Cristo, sucediendo a Marcial Maciel Degollado ―fundador de la institución, que estaba siendo juzgado por abuso sexual contra sus seminaristas―. En octubre de 2012, por motivos de salud, dejó de ejercer como superior general. El 6 de febrero de 2014 dejó definitivamente el cargo al ser confirmada la elección de un nuevo director general del al Congregación: el P. Eduardo Robles Gil Orvañanos
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Dios tenga misericordia de su alma, una pena que todavía exista la farsa que el ayudó a montar (la supuesta «renovación de los legionarios»)
Rezaré por él
DEP
Dios le tenga en su Gloria. Recemos por él.
Independientemente de que el P. Álvaro Corcuera L.C. , en todo momento fue encubridor de las muchísimas aberraciones de la Legión, de todo corazón, como de cualquier persona , deseo que se haya salvado su alma por la Misericordia del Señor, y encomiendo su alma en mis oraciones.
D.E.P.