Franciscanas de la Inmaculada: Comisariadas sin causa aparente

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El cardenal Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, ha anunciado a la Madre general de las Franciscanas de la Inmaculada, el nombramiento, con efecto inmediato, de una “visitadora” para el Instituto. Según informa Corrispondenza Romana, la visitadora contará con poder de férreo control, que de hecho equivale a aquellos de una “comisaria”. En la casa general de Frattocchie se estableció, ipso facto, sor Fernanda Barbiero, del Instituto de Hermanas Maestras de Santa Dorotea,una religiosa adulta y de tendencia «progresista» y moderadamente feminista. Las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada son una orden religiosa de derecho pontificio , que se distingue por la juventud de sus miembros, el elevadísimo número de vocaciones y sobre todo por el rigor con el que viven su carisma, de acuerdo con la Regla de San Francisco de Asís aprobada. El 11 de julio de 2013, el cardenal Braz de Aviz confió el gobierno de los Franciscanos de la Inmaculada a un «comisario apostólico», que en menos de un año ha conseguido alterar el orden que reinaba en la congregación, lo que ha obligado a muchos de los frailes a pedir la dispensa de sus votos para salir de un instituto ahora reducido a un campo de ruinas y buscar otra manera de vivir su propia vocación. El caso de las franciscanas que ahora se abre es aún más grave que el del Instituto masculino, si cabe. El pretexto para la «visita» y luego el comisariado de los frailes fue la presencia de un grupo pequeño y agresivo de «disidentes», alentado y alimentado desde el exterior. No se ha manifestado disenso, sin embargo, entre las hermanas, que viven en un espíritu de unidad y amor fraternal. Roberto de Mattei afirma en Corrispondenza Romana que la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada ha cometido un flagrante abuso de poder prohibiendo a los Franciscanos de la Inmaculada la celebración de la Misa según el antiguo rito romano, y los frailes cometieron también un claro error cuando acordaron renunciar a la celebración de la Misa tradicional . Ellos justificaron su renuncia en base a dos razones: la obediencia y el bi-ritualismo, pero el problema de fondo no es el mono o bi-ritualismo. Continúa de Mattei explicando que «la Misa tradicional nunca fue abrogada y no puede serlo, y que todos los sacerdotes se reservan el derecho a celebrarla. El Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI del 7 de julio 2007  le da a cada sacerdote el derecho a celebrar el Sacrificio de la Misa según la edición típica del Misal Romano promulgado por el beato Juan XXIII en 1962 y nunca abrogado, como forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia «. Es una ley universal de la Iglesia que confirma la bula Quo primum de San Pío V (1570). Nunca ningún sacerdote había sido castigado, o podría serlo, por haber celebrado la Misa tradicional Nunca se puede imponer a los fieles, religiosas o laicos a renunciar a su derecho a un rito canonizado por el uso de casi dos milenios de historia de la Iglesia.