Mario Aurelio Poli es un Cardenal, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina.
Mario Aurelio Poli nació en Buenos Aires el 29 de noviembre de 1947. En 1969 ingresó en el Seminario Metropolitano de la Inmaculada Concepción, de Buenos Aires (Villa Devoto), donde cursó los estudios filosóficos y teológicos. Es doctor en Teología por la Pontificia Universidad Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires” (UCA). Es también licenciado en Servicio Social por la Universidad de Buenos Aires (UBA).
La formación de Mario Aurelio Poli
Fue ordenado sacerdote el 25 de noviembre de 1978 por el cardenal Juan Carlos Aramburu, arzobispo de Buenos Aires, en la catedral metropolitana de Buenos Aires.
Tras su ordenación fue designado vicario parroquial en San Cayetano (Liniers), donde se desempeñó hasta 1980. De 1980 a 1991, en el Seminario Metropolitano fue, primero superior de Comunidad, luego ecónomo y finalmente asesor de estudios. De 1988 a 1991 fue también capellán de las Religiosas Misioneras Siervas del Espíritu Santo. Entre los años 1988 y 1992 fue asistente eclesiástico de la asociación laical “Fraternidades y Agrupaciones Santo Tomás de Aquino” (FASTA). Fue profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología de la UCA.
En 1992, el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Antonio Quarracino, lo nombró director del Instituto Vocacional San José, donde los seminaristas de la arquidiócesis de Buenos Aires comienzan su formación sacerdotal y durante un año acrecientan su vida espiritual y se ejercitan en la disciplina interior que los ayuda a madurar su vocación al sacerdocio. Tiene su sede en Elortondo 901, San Isidro, provincia de Buenos Aires.
Cuando se desempeñaba en esta delicada e importante tarea de formación de los futuros sacerdotes, el 8 de febrero de 2002 el Santo Padre Juan Pablo II, lo nombró obispo titular de Abidda y auxiliar de la arquidiócesis de Buenos Aires.
Ordenación episcopal en 2014
Recibió la ordenación episcopal el 20 de abril de ese año, de manos del arzobispo de Buenos Aires, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, habiendo actuado como obispos co-consagrantes el cardenal Juan Carlos Aramburu, arzobispo emérito de Buenos Aires; monseñor Mario José Serra, obispo titular de Mentesa; y los obispos auxiliares de Buenos Aires Joaquín Mariano Sucunza y Guillermo Rodríguez-Melgarejo.
El 24 de junio de 2008 el Santo Padre Benedicto XVI lo trasladó como obispo diocesano de Santa Rosa, e inició su ministerio pastoral como quinto obispo de Santa Rosa el 30 de agosto de 2008.
En la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) preside la Comisión de Catequesis y Pastoral Bíblica. Es doctor en Teología y profesor de Historia Eclesiástica y Patrología. Es también el Capellán Nacional de la Comisión de Pastoral Scout Católica (COPASCA). Su lema episcopal es: “Concédeme Señor un corazón que escuche”.
Arzobispo de Buenos Aires en 2013
El 28 de marzo de 2013 fue nombrado arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires por el Papa Francisco, su antecersor en el cargo. El 20 de abril de 2013 inició su ministerio como arzobispo y primado de la Argentina en una misa concelebrada frente a la Catedral de Buenos Aires. Asimismo, se convirtió en el Gran Canciller de la Universidad Católica Argentina. El 4 de mayo de 2013 el papa Francisco lo nombró Ordinario para los fieles católicos de ritos orientales residentes en la Argentina y que se encuentran desprovistos de Ordinario de su propio rito.
La Arquidiócesis de Buenos Aires fue creada como diócesis el 30 de marzo de 1629 por el papa Paulo V; el 5 de marzo de 1865 Pío IX la elevó a arquidiócesis; el 29 de enero de 1936 Pío XI la proclamó “Primada de la República Argentina”. Comprende todo el territorio de la ciudad de Buenos Aires y la isla Martín García, con una superficie total de 203 kilómetros cuadrados, y una población de 2.891.082 habitantes, de los cuales se estima que más del 80 por ciento son católicos.
Cuenta con 186 parroquias, 102 iglesias y capillas, un total de 817 sacerdotes (443 del clero diocesano y 320 del clero religioso), 10 diáconos permanentes, 76 hermanos, 59 seminaristas mayores, 1.386 religiosas y 245 centros educativos. Monseñor Poli es el 12º arzobispo (y 26º diocesano) de Buenos Aires.
En las vísperas de su toma de posesión de la diócesis porteña concedió una entrevista en vidanueva en la que dice que, al igual que el Papa Francisco, él es «Medio tímido con la prensa» y asegura: «también, yo no soy mediático». «Últimamente tuve que salir, pero en cinco años como obispo en La Pampa nadie me dio bolilla en la prensa» aseguró Poli. También comentó sobre su nombramiento como arzobispo: «Sinceramente, yo no sé cuáles son los criterios por los que me ha elegido, y aún me lo estoy preguntando. Pero ha sido un gran maestro y ha hecho docencia pastoral con nosotros».
Su opinión del Papa Francisco
Habló de lo que más le impactó de Bergoglio: «Su perseverancia en la idea misionera de salir. Eso lo va a impostar en la Iglesia. No se cambia de la mañana a la noche porque uno sea papa. Tampoco se cambia toda esa fuerza y toda esa energía misionera para salir y encontrarnos con la frescura del Evangelio y llevarla a la gente, especialmente a los pobres, a los marginados, a todos los que quieran escuchar».
Le sorprendió la buena acogida que ha tenido este Papa. «Es algo impresionante. Tiene muy buena recepción. La gente está enloquecida con el Papa. En sus homilías, él recoge mucho de la vida cotidiana, y eso hace a la gente prestar atención, precisamente porque se siente reflejada. Es una forma de iluminar el Evangelio y de bajarlo. Es muy directo, es muy a su estilo. Los efectos ya se ven», aseguró Poli.
En una entrevista a LA NACIÓN comentó como recibió su designación como Arzobispo: «Me sorprendió y me causó perplejidad. Se ve que el Papa se levantó una mañana y se le cruzó que sea arzobispo de Buenos Aires. Esto no estaba en mis planes, de ninguna manera. Pero estoy dispuesto a lo que sea. Soy scout desde los cinco años, y estoy siempre listo. Esto me supone un renunciamiento, pero tengo presente el renunciamiento de Benedicto, que para mí fue virtuoso y ejemplar, insólito y casi único en la vida de la Iglesia. Un hombre que tiene todas las luces, tan capaz, cuyo magisterio es muy luminoso, un teólogo de primerísima línea que ha dejado inspiración en la Iglesia. Y ahora él [por Bergoglio] les dijo que sí a los cardenales cuando no estaba en sus planes ser Papa. Yo lo conozco muy bien, no tiene aspiraciones. Entonces, no tengo razones para decir que no. ¿Qué voy a decir yo, que me gusta mucho La Pampa?».
Según cuenta, le gusta moverse en bicicleta: «Desde chico me gusta mucho andar en bicicleta. Cuando estaba en Buenos Aires, tenía un poco de cuidado porque tenía miedo de que me lleven puesto, pero voy a ver cómo hago. Los seis años que estuve en Buenos Aires anduve en subte y tren» comentó el prelado y dijo que Bergoglio también lo hacía: «Bergoglio ha sido ejemplar en eso. Pero ha sido austero sin trompetear. Ahora aparecen en primera plana muchas actitudes suyas que él hacía habitualmente con mucha sencillez».
Sobre su relación con Bergoglio manifestó lo siguiente: «Tuve la gracia de estar al lado de monseñor Bergoglio, junto con otros siete obispos auxiliares de Buenos Aires. Él dispensa su amistad a muchos, es muy generoso. Tiene un millón de amigos el Papa. La nuestra no es una amistad exclusiva y excluyente. Entiendo que hay gente mucho más cercana. Hace unos días, recordaba que Aristóteles decía que la amistad se da entre semejantes. Bueno, él salvó las desemejanzas y ofreció su amistad muy generosamente. Él no retenía a sus auxiliares. Decía: «Quiero que vayan y sean pastores».
Preguntado por un asunto político responde: «yo soy pastor y no político. Yo no soy Bergoglio en eso. Hay un principio en la encíclica Gaudium et S pes que me gusta mucho. Es el que dice que con el Estado la Iglesia se relaciona con colaboración y también distinción, las dos cosas. No tenemos que oponernos por oponernos, pero también tenemos nuestro carácter profético. Es decir, dar el anuncio profético si se dan las circunstancias y es necesario porque, como dice Jesús en el Evangelio: «Si ustedes callan, hablarán las piedras».
Apostilló su afirmación de que él no se parecía a Bergoglio en lo político declarando: «Bergoglio no dejó de ser pastor en ningún momento. Me referí a que tiene un temperamento distinto, tiene más experiencia y está mucho mejor preparado que yo; fue profesor de literatura y escribe muy bien, sus homilías son cautivantes. Somos distintos. No quiero ponerme en sus zapatos; todo me parece que me queda grande, pero confío en Dios».
El 12 de enero de 2014 fue anunciado el nombre de Mario Aurelio Poli en la lista de los nuevos cardenales que el Papa Francisco nombraría en el primer consistorio de su Pontificado, el 22 de febrero, fecha en la que fue nombrado cardenal de San Roberto Belarmino.
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El director de Panorama Católico Internacional el argentino Marcelo González podría añadir varias cosas más sobre este nuevo cardenal.
Pero con respecto a la «cara de vinagre» que siempre tuvo y tiene Jorge Mario Bergoglio Sívori, recogí en uno de mis blogs la siguiente afirmación del nuevo cardenal: «¡Siempre con una cara de velorio bárbara!»: http://www.periodistadigital.com/religion/america/2013/09/02/poli-bergoglio-esta-contento-y-entusiasmado-con-su-mision-como-papa-religion-iglesia-francisco-buenos-aires.shtml).
Pues no sé si es por el médico chino que dicen lo atiende, o porque el blanco le sienta bien, o vaya Vd. a saber por qué, me da la impresión que le ha cambiado la cara totalmente, y ahora luce lozano y luminoso, y llevando a cabo una gran actividad. A mi este Papa, de producirme un entusiasmo manifiestamente descriptible pasó a parecerme un regalo de Dios, que sigue bendiciéndonos después de los extraordinarios Papas anteriores.
Que Dios le de salud para guiar al Barca de Pedro con ese entusiasmo y cercanía.
Asturiano creyente: la psicología humana cuenta con recursos para adaptarse a las realidades adversas y no caer en la depresión.
Vengo siguiendo sus comentarios y veo que ustedes tiene una animadversión manifiesta hacia mi compatriota el Santo Padre Francisco. Si no le gusta nuestro papa, claro que si el Papa fuese el Card. Rouco, seguro que le aplaudirían cualquier estupidez. hágase protestantes y listo. Bendiciones