Quedó bastante claro que Lorenzo Baldisseri iba a ser creado cardenal por el Papa Francisco en su primer consistorio. Esto fue así debido a su gesto, recién elegido Papa, cuando le entregó su solideo rojo que ya no iba a necesitar.
La prueba de lo sucedido se encuentra en algunas fotografías realizadas en el momento de la primera bendición del nuevo Papa: Baldisseri, presente en segunda fila en el balcón, lleva un solideo de inequívoco color rojo púrpura.
La elección de Lorenzo Baldisseri
Al día siguiente de la elección, Baldisseri, todavía con el solideo rojo encima de las vestimentas obispales violáceas, se presento en la Misa celebrada por el nuevo Papa en la Capilla Sixtina pidiendo ser admitido también él entre los cardenales. Los mestros de ceremonias no habían previsto su presencia, pero Baldisseri, reforzado por la papalina roja recibida el día anterior, insistió en participar. Al final, tras algunas aclaraciones, le fue consentido concelebrar junto a los otros purpurados.
Baldisseri se presentó también en la audiencia del Papa Francisco con el colegio cardenalicio la mañana siguiente, en la sala Clementina.
Él mismo contaba este episodio con estas palabras:
«Al terminar el Cónclave, el Santo Padre recibe de parte de los Cardenales, en la Capilla Sixtina una profesión de obediencia al nuevo Papa. Y yo como secretario del Colegio Cardenalicio, en el tiempo del Cónclave y también secretario del Cónclave, fui llamado, también, a cumplir este acto de saludo y también de obediencia al Santo Padre».
«Por tanto, cuando yo llegué, ahí, frente al Santo Padre, me puse de rodillas. Y en el momento en que yo estaba bajando mi cabeza el Santo Padre colocó en la cabeza el solideo rojo de los Cardenales. Su solideo, porque tradicionalmente, el Santo Padre que es Cardenal y se torna Papa, tomará el solideo blanco y su solideo rojo queda de lado».
«Entonces la emoción fue muy grande… Eso significa que es un anuncio de que el Secretario del Colegio Cardenalicio, y en ese momento Secretario del Cónclave, es Cardenal o será Cardenal. Tanto que el Santo Padre me dijo después: «usted es mitad Cardenal».
Creado cardenal en 2014
Fue creado cardenal-diácono de san Anselmo en el Aventino el 22 de febrero de 2014, durante el pontificado del papa Francisco.
Lorenzo Baldisserio nació el 29 de Septiembre de 1940 en un pueblo cerca de Pisa. Ordenado sacerdote en 1963, estudió en la Pontificia Universidad Lateranense y en la Universidad de Perugia. Posteriormente fue enviado a Guatemala como parte del Servicio Diplomático de la Santa Sede. Trabajó en muchas otras zonas del mundo hasta que en 1992, se trasladó a Haití ya en calidad de Nuncio Apostólico. Al mismo tiempo, fue nombrado Arzobispo titular de Diocletiana.
Secretario de la Congregación para los Obispos
También como nuncio estuvo en las representaciones diplomáticas de Paraguay (1995-1999), la India y Nepal (2000-2002) y Brasil (2002-2012).
En Marzo de 2012 regresó a Roma, ya como Secretario de la Congregación para los Obispos, que supervisa la selección de los nuevos obispos que no están en los territorios de misión o de las áreas que se encuentren bajo la jurisdicción de la Congregación para las Iglesias orientales que se ocupan de los católicos orientales, para la aprobación del Papa.
El título de Secretario de la Congregación para los Obispos incorpora también el nombramiento como Secretario del Colegio Cardenalicio.
Fue por tanto en calidad de Secretario del Colegio Cardenalicio cuando tuvo lugar aquel encuentro con el Papa Francisco.
Precisamente Francisco le nombró, en Septiembre de 2013, Secretario General de la Sínodo de los Obispos.
En una entrevista para Vida Nueva, poco después de su nombramiento, Lorenzo Baldisseri decía, sobre los rumores de un cambio del espíritu del Sínodo: «el Sínodo es un organismo de obispos. La colegialidad toca a los obispos, no a toda la Iglesia. El Sínodo seguirá siendo de los obispos. No hay espacio para otra cosa.». Sobre el problema de los divorciados vueltos a casar afirmaba: «Se insistirá sobre la preparación al matrimonio. Hay que ver si realmente se prepara a los novios para asumir las responsabilidades del sacramento. Está claro que puede haber consecuencias. Si no hay una conciencia de lo que significa, se abre una eventual posibilidad para ver si hay o no matrimonio. Hay que casarse por la Iglesia porque se tiene fe.»
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