La Legión rompe «oficialmente» con Maciel y nombra a su nuevo director

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eduardo robles gil

El Capítulo General Extraordinario de la Legión de Cristo eligió como director general por un período de seis años, al padre Eduardo Robles Gil. La elección, comunicada al Papa Francisco fue confirmada por la Santa Sede.

El Padre Robles Gil, de 62 años, mexicano, director territorial de México hasta el pasado verano, fue nombrado en 2011 por el delegado papal, el cardenal Velasio de Paolis, miembro de la «Comisión» para proveer por las víctimas del padre Maciel. El director general de la legión, como informa Radio Vaticana, dijo que el capítulo marca un final y un nuevo comienzo. «No podemos borrar el pasado – afirmó -, pero tenemos que aprender la lección, condenando los lamentables hechos acaecidos y confiar en la misericordia de Dios».

El Capítulo emitió un comunicado -un poco tarde, pero mejor tarde que nunca- en el que se define «de manera concluyente» la posición de la congregación con respecto a la conducta de su terrible fundador, el padre Marcial Maciel. «Al considerar la gravedad del mal y del escándalo – se lee en la declaración – nos reconocemos bajo la mirada misericordiosa de Dios, que con su providencia sigue guiando nuestros pasos. Uniéndonos a Jesucristo, esperamos redimir nuestra dolorosa historia. Sólo de esta manera, podremos encontrar el sentido evangélico de lo sucedido y construir nuestro futuro sobre la base sólida de la confianza en Dios, la fidelidad a la Iglesia y a la verdad».

El texto continúa diciendo “consideramos gravísimos y objetivamente inmorales los comportamiento del padre Maciel que ha merecido las sanciones que, en su momento, le impuso con razón la Congregación para la Doctrina de la Fe. Nuestro fundador murió en 2008, y suplicamos para él la misericordia de Dios. Pero, al mismo tiempo, expresamos nuestro profundo pesar por el abuso que hizo de los seminaristas menores, por los actos inmorales cometidos a hombres y mujeres, por el uso arbitrario de su autoridad y de los bienes, por el desmesurado consumo de drogas y por haber presentado como suyos escritos publicado por otros».

A la Legión de Cristo les resulta incomprensible que el padre Maciel continuara presentándose durante décadas como un sacerdote y un testimonio de la fe, mientras escondía estos comportamientos inmorales. Comportamientos que los legionarios condenan enérgicamente. Y lamentan que muchas de las víctimas y las personas ofendidas esperaran en vano una petición de perdón y de reconciliación por parte del padre Maciel. «Hoy -dicen – queremos expresar nuestra solidaridad a todos ellos».

«Bajo esta perspectiva hemos considerado un camino auténtico y profundo de «renovación», confirmado por el Papa Francisco, que ha empezado pero que no ha terminado. Los éxitos de estos años marcarán la identidad y la vida de nuestra congregación. A la luz de la Providencia, podremos enfrentarlos y convertirlos en un puente hacia una nueva etapa de nuestra historia».

El comunicado termina anunciando que en las reuniones capitulares de las próximas semanas terminará la revisión de las Constituciones de la congregación, a fin de someterlas a la aprobación de la Santa Sede, estableciéndose las prioridades y las directrices para continuar con renovada esperanza en el camino que la Iglesia nos ha dado». «Sabemos que este es el comienzo de un viaje y que todavía nos queda mucho por hacer. Nos comprometemos a seguir con humildad este proceso de renovación y de conversión».

Este comunicado, que llega bastante tarde, no dice nada sobre cómo se concretará ese arrepentimiento ¿Se indemnizará a las víctimas? ¿Se devolverán aquellos bienes adquiridos de forma ilícita por el fundador? ¿Asumirán responsabilidades todos aquellos que fueron cómplices de las fechorías de Maciel? ¿Qué medidas concretas se tomarán más allá de pedir perdón? Son preguntas que merecen su respuesta. Respuestas que deben plasmarse en actos, rectificaciones, y no meras palabras.

Según las fuentes a las que ha tenido acceso Infovaticana, el nuevo director general no es un gran cambio. El padre Eduardo no es de los llamado «reformistas», abiertos a un gran giro en la Congregación. De ahí que el Papa Francisco haya intervenido nombrando al Padre Arrieta y a Juan Sabadell, considerados más «abiertos» a la reforma.

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