Kurtz: «Voy a la Marcha por la Vida por los que son como mi hermano Georgie, con síndrome de down»

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KENTUCKY ARCHBISHOP PRAYS ROSARY IN FRONT OF ABORTION CLINIC

El arzobispo Joseph E. Kurtz, desde hace unas semanas presidente de los 450 obispos católicos de EEUU, ha explicado en su blog que participará en la Marcha por la Vida de este miércoles 22 de enero en Washington (MarchForLife.org), así como en los actos de oración previos.

«Marchamos en memoria de los perdidos por el aborto. Marchamos por los niños sin voz para defender su derecho a la vida, especialmente por aquellos como mi hermano Georgie, nacido con síndrome de down, cuyas vidas demasiado a menudo son consideradas indignas de ver la luz del día», señala el arzobispo.

«Marchamos por las mujeres que están pensando abortar, para que al implicarnos en sus necesidades ellas encuentren la fuerza para elegir la vida. Marchamos en solidaridad con las madres post-aborto, trabajando para que llegue el día en que no haya mujeres que sufran lo que ellas sufren», añade Kurtz.

«Y marchamos en acción de gracias por las madres valientes que, contra viento y marea, dieron a luz, dieron a sus niños el don de la vida y una familia adoptiva para educarlos», afirma el arzobispo.

El presidente de los obispos norteamericanos señala que en los 41 años desde la sentencia Roe vs. Wade «más de 55 millones de niños inocentes han perdido sus vidas por el aborto en Estados Unidos». (En España, en casi 30 años, son 2 millones).

Y el arzobispo sigue señalando a otras víctimas del aborto: “Incontables madres han sido abandonadas en silencio, les han dejado heridas física, emocional y espiritualmente. Y hay otros que sufren: hombres que perdieron su paternidad, abuelos que echan de menos a sus nietos, y niños privados de sus hermanos».

El arzobispo Kurtz es popular en ambientes provida norteamericanos por sus oraciones del rosario, arrodillado, frente a clínicas abortistas en plena calle (como se ve en esta foto, junto al cartel que dice «los abortistas explotan a las mujeres»)

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Comentarios
0 comentarios en “Kurtz: «Voy a la Marcha por la Vida por los que son como mi hermano Georgie, con síndrome de down»
  1. Predice Jesús nuestro Señor y Dios: “Pero cuando venga el Hijo del hombre ¿encontrará fe en la tierra?”.
    Pues hombre “Hijo del hombre”, entre tanto apóstata alguno parece que habrá.

  2. Pues sí, no es una gracia es una gracieta.
    Más que preguntarse Jesús nuestro Señor y Dios nos pregunta a nosotros prediciendo: «Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra? «: Lc 18: 8. Porque en la tierra y por estar en la tierra el Pueblo de Dios la cosa se va a poner mortalmente fatal, hasta el punto que «si el Señor no abreviase aquellos días, no se salvaría nadie, pero en atención a los elegidos que él escogió, ha abreviado los días»: Mc 13: 20 y Mt 24: 22.
    La gracia que concede el Señor es que por amor a los elegidos abrevia los días, porque sino no se salvaría nadie: ¡nadie! se dice pronto.
    La gracia del Señor es que por amor protege y llama a sus elegidos, como podría ser -y me parece a mí- el caso del arzobispo de la foto.
    Creo que con esto queda aclarado la diferencia entre gracia y gracieta: las gracias las concede el Señor y yo solamente puedo escribir gracietas.

  3. Cuando digo «yo pecador» lo digo sentidamente de verdad y no como rutina o formulismo, por eso soy lo que soy y para los otros lo que creen que soy; pero ni yo mismo sé lo que soy solamente Dios y su Madre lo saben.
    En cuanto a Dios Triunitario o Trinitario y la Virgen María Madre de Dios saben que les quiero mucho -a mi modo, claro- y «donde hay amor no hay temor», y también «donde hay confianza da asco»; pero que no se preocupen por mí los que se escandalizan que ya me pasarán la factura, lo estoy deseando.
    En cuanto a Satanás y sus secuaces, o por lo menos los que yo creo que son sus secuaces, sean los que sean, vistan como vistan o se disfracen de lo que toca, ningún respeto ni temor. «No juzguéis…» ¡ya! pero se da el caso que yo sí quiero ser juzgado por Dios, y en cuanto al juicio de los otros me resbala.
    «Dios, nuestro Salvador, quiere que todos los hombres se salven»: 1 Tm 2:4; es decir, que habrá seres humanos que no quieran salvarse. Confieso que me gustaría salvarme pero lo tengo un poco crudo por eso prefiero ir con humor y de jeta por esta vida y que después Dios me salve, es lo más divertido que a uno le puede pasar al final de este «valle de lágrimas».

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