| 30 octubre, 2013
Hay tradiciones argentinas que el papa Francisco extraña desde el Vaticano. Si bien recibió varios mates de regalo desde que asumió su pontificado -entre ellos, uno que le llevó la presidenta Cristina Kirchner-, el ex arzobispo porteño Jorge Bergoglio no tiene la misma facilidad de compartir un mate con los suyos que tenía en la Catedral de Buenos Aires.
Por eso, esta mañana, mientras recorría la plaza San Pedro en su papamóvil antes de la audiencia general, no dudó en aceptar el mate que le convidó un peregrino que había acudido a escuchar su catequesis.
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