El Vaticano planta cara en la ONU

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1_0_686172“Ningún aborto es jamás seguro, porque mata la vida del niño y daña a la madre”, ha tronado la voz del Nuncio vaticano en Naciones Unidas. El arzobispo Francisco de Asís Chullikatt, desde 2010 embajador vaticano en la ONU (el título oficial es “Observador Permanente de la Santa Sede para Naciones Unidas”) presentó recientemente un fuerte alegato contra el aborto, la eugenesia y la propaganda de ideología de género con motivo del informe anual sobre los Derechos del Niño. 

Chullikatt, de origen indio, que habla español por su paso en la nunciatura de Honduras, y ha sido nuncio de un destino tan complicado como Irak, habló con firmeza en una intervención modélica.

Para empezar, reivindicó un clásico provida: la Convención de Derechos del Niño –que pide defender su “derecho a la vida, supervivencia y desarrollo” incluye también al niño en su fase prenatal, considera “niño” al ser humano antes de nacer, puesto que en su Preámbulo habla de los derechos del niño “antes y después del parto”.

“Se deduce que cada niño ostenta en primer lugar el derecho a nacer”, afirma, y pide que se reconozca a todos los niños, sin discriminación “por sexo o discapacidades o políticas eugenésicas. Los diagnósticos prenatales con propósito de decidir si se dejará nacer al niño son inconsistentes con la Convención” [de Derechos del Niño, de la ONU].

Y para que quede claro, añade: “el bebé no nacido es un miembro de nuestra familia humana y no pertenece a una subcategoría de seres humanos”.

A continuación, el Nuncio ante Naciones Unidas trata diversos temas sobre el derecho del niño al desarrollo, la educación, un sostenimiento material, afecto, etc… y su postura es clara: la mejor forma de que el niño tenga todo eso es la familia, sus padres, y por eso los Estados han de apoyar las familias.

Por ejemplo, al tratar un tema que preocupa tanto al Santo Padre como es el tráfico de personas (en este caso citó “la venta de niños, la prostitución infantil y la pornografía infantil”) el arzobispo recuerda que “la familia representa la primera capa de un ambiente protector” y dice que “los estados tienen el deber de proteger, apoyar y fortalecer la familia por el mejor interés del niño”.

Por eso, insiste, “la defensa de los derechos del niño requiere, como corolario necesario, la defensa de la familia, cuyos beneficios para la sociedad son obvios: es la familia, no el Estado, la que aloja nuestros niños, los alimenta, los instruye y cría la próxima generación de la sociedad”.

Eso implica apoyar a los padres, también en su derecho fundamental a la libertad de religión (artículo 14 de la Convención de Derechos del Niño), “por el cual los padres tienen todo el derecho a elegir escuela ‘distinta a aquella establecida por las autoridades públicas [incluso el home schooling –escolarización en casa-]’, en conformidad con sus propias convicciones”, afirma el Nuncio remitiéndose a un tratado sobre libertad educativa (ICESCR, art.13.3).

 Por último, critica que algunos comentarios recientes del comité sobre Derechos del Niño usan propaganda de ideología de género y opiniones personales, que no reflejan ni la doctrina ni la legalidad de Naciones Unidas.

“Expresiones como ‘orientación sexual’ o ‘identidad de género’, sobre las que no hay consenso jurídico internacional, se usan de forma espuria y muy desafortunada en esos comentarios. Son las recomendaciones, por ejemplo, de que los Estados sometan a los niños a educación y dirección en salud sexual, anticoncepción y el llamado ‘aborto seguro’, sin el consentimiento de sus padres, cuidadores o tutores; el aborto promovido por los Estados como método de planificación familiar, y los llamados ‘servicios de salud sexual y reproductiva’ que aportarían Estados, sin respeto a la objeción de conciencia. Estas recomendaciones son particularmente reprensibles”.

Y para que quede bien claro, añade: “Ningún aborto es jamás seguro, porque mata la vida del niño y daña a la madre”.

En sus comentarios finales, el Nuncio insiste una vez más: los Derechos del Niño, como queda claro en su Preámbulo, párrafo 9, incluyen el derecho a la vida “antes y después del parto”, el respeto a los derechos de los padres respecto a sus hijos, y la afirmación explícita de que el aborto nunca deberá promoverse como método de planificación familiar (como afirma la Convención Internacional de Población, ICPD, párrafo 7,24).

Ante esta rotundidad, parece claro que los lobbies abortistas en Naciones Unidas entiendan que su enemigo número uno es la delegación diplomática vaticana.

Aunque durante años los lobbies del aborto han trabajado para intentar expulsar a la Santa Sede de los organismos de Naciones Unidas, ahora se están volcando con más fuerza y medios, quizá esperando que con el cambio de Papa logren algún avance. Los tiempos de transición siempre permiten invertir en «intoxicación» informativa, por ejemplo.

El organismo más dedicado a ello es la asociación-pantalla “Catholics For Choice” (antigua “Católicas por el Derecho a Decidir”), un lobby internacional que no tiene nada de “católico”, sino que es un grupo de desinformación y militancia anti-católica, abortista y anti-familia, bien financiada por las industrias del sector aborto.

Además de presentar una web renovada y tener un equipo de militancia completa y pagada, acaban de lanzar la campaña “See Change” (www.catholicsforchoice.org/campaigns/SeeChangeCampaign.asp ), incluyendo vídeos “didácticos”, con muñequitos, que querrían que fuesen virales, pidiendo que la Santa Sede sea expulsada de los organismos internacionales, dudando de su condición de Estado (dicen que es un estado sin población, con 800 habitantes que no son permanentes) y buscando vericuetos pseudolegales para deslegitimar su presencia diplomática. Para ello, han elaborado un informe muy detallado, de 26 páginas y casi 200 notas bibliográficas y jurídicas.

En el bando contrario, la única entidad católica provida y profamilia con presencia permanente en los corrillos y ambientes de Naciones Unidas es el Instituto C-Fam (C-fam.org), famosa desde 1997 por sus análisis, denuncias y alertas publicadas en su Friday Fax (si bien sólo en inglés), que desvela todo el trabajo de lobby y pasillos del activismo abortista y antifamilia en Naciones Unidas.

Como tantas otras iniciativas católica, C-Fam se mantiene con muchos pequeños donativos y varias campañas al año pidiendo apoyos del católico de a pie, nada que ver con las millonadas que la industria abortista invierte en su pantalla “Catholics for Change” y otras similares.

Fuente: Religiónenlibertad

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