¿Errores en la renuncia del Papa?

|

El Papa Benedicto XVI dio a conocer su renuncia el 11 de febrero de 2013. Ese día leyó una Declaratio que surtió efecto, por deseo suyo, el 28 de febrero a las 20:00. El texto de renuncia tiene defectos de forma que podrían ser invalidantes, aunque han sido subsanados en la versión de la web del Vaticano.

El papa tomó la decisión de renunciar, según cuentan algunos colaboradores, con un mes y medio de antelación: Antes de las Navidades de 2012 y con motivo del expediente que le fue entregado el 17 de diciembre llegó a la conclusión de que era mejor hacerse a un lado por el bien de la Iglesia.

De esa decisión fueron testigos dos Georg importantes en la vida de Benedicto: su hermano Georg Ratzinger y su fiel secretario Georg Gäenswein.

El texto de la Declaratio mediante la cual renunció el Papa es el siguiente:

Fratres carissimi

Non solum propter tres canonizationes ad hoc Consistorium vos convocavi, sed etiam ut vobis decisionem magni momenti pro Ecclesiae vitae communicem. Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse ad munus Petrinum aeque administrandum.

Bene conscius sum hoc munus secundum suam essentiam spiritualem non solum agendo et loquendo exsequi debere, sed non minus patiendo et orando. Attamen in mundo nostri temporis rapidis mutationibus subiecto et quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato ad navem Sancti Petri gubernandam et ad annuntiandum Evangelium etiam vigor quidam corporis et animae necessarius est, qui ultimis mensibus in me modo tali minuitur, ut incapacitatem meam ad ministerium mihi commissum bene administrandum agnoscere debeam. Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commissum renuntiare ita ut a die 28 februarii MMXIII, hora 29, sedes Romae, sedes Sancti Petri vacet et Conclave ad eligendum novum Summum Pontificem ab his quibus competit convocandum esse.

Fratres carissimi, ex toto corde gratias ago vobis pro omni amore et labore, quo mecum pondus ministerii mei portastis et veniam peto pro omnibus defectibus meis. Nunc autem Sanctam Dei Ecclesiam curae Summi eius Pastoris, Domini nostri Iesu Christi confidimus sanctamque eius Matrem Mariam imploramus, ut patribus Cardinalibus in eligendo novo Summo Pontifice materna sua bonitate assistat. Quod ad me attinet etiam in futuro vita orationi dedicata Sanctae Ecclesiae Dei toto ex corde servire velim.

 Ex Aedibus Vaticanis, die 10 mensis februarii MMXIII

En el decreto oficial de la renuncia del Papa Benedicto XVI, tal y como fue oficialmente difundido por El Vaticano y publicado en L’Osservatore Romano, existen tres solecismos, es decir, tres errores sintácticos.

En la primera frase del decreto papal, “ut vobi decisionem magni momenti pro Ecclesiae vitae communicen” (“para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia”), debería estar escrito “vita” y no “vitae” ya que, a la preposición “pro”, corresponde un ablativo, no un genitivo.

El segundo error está en la hora de la anunciada renuncia: “a die 28 februarii MMXIII, hora 29″, en lugar de decir, obviamente, “hora 20″, las ocho de la tarde.

El tercer solecismo llama más la atención pues, en la parte medular de la renuncia se lee: “declaro me ministerio Episcopi Romae Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commissum renuntiare.» Esta frase es gramaticalmente ininteligible, pues “commissum”, que depende de “ministerio” y es complemento del verbo renuntiare, debería estar en dativo, en concordancia con él, es decir, debería decir «commisso

Cuando uno escucha la grabación de la declaración del Papa, se constata que Benedicto XVI corrigió los dos primeros errores a la hora de pronunciar el decreto. No comete ni la primera falta en latín, pues corrige y bien dice “vita”, en lugar de “vitae”, e igualmente rectifica la hora efectiva de la “renuncia”, diciendo “hora 20″.

En cambio, el tercer error, referido a la sintaxis de la frase principal concerniente a la cláusula esencial de la renuncia, no fue corregido por el Papa, y se escucha muy nítidamente que Benedicto XVI pronunció el tercer error, al decir “commissum” en lugar de lo correcto, que debía ser “commisso”. Además, inmediatamente después de pronunciar «commissum» realizó una pausa que carece de sentido en la lectura de la frase.

Pero no se trata sólamente de un purismo. Es un principio del derecho canónico tradicional que todo rescripto, breve o bula papal que contenga una falta en latín es nulo.

San Gregorio VII (Registrum 1.33) declaró nulo un privilegio concedido a un monasterio a un monasterio por su predecesor Alejandro II, “en razón a la corrupción de la latinidad”, que constituye “una señal bastante evidente”.

El decreto Ad audientiam del papa Lucius II, que figura en el cuerpo del derecho canónico (Decretos de Gregorio IX, 1, I, título III, de Rescriptis, c. XI) establece que “la falsa latinidad invalida un rescripto del papa”. El papa prohíbe dar crédito a una carta pontifical “dado que ella contiene una falta de construcción evidente”. La glosa (dentro del texto oficial corregido publicado por orden del papa Gregorio XII en 1582) explica a este propósito que un rescripto del papa “no debe contener falta alguna”, puesto que es “elaborado con bastante tiempo”.Una falta en latín constituye tal presunción de nulidad que ninguna prueba en sentido contrario puede ser admitida.

Afirmar que un decreto es nulo no significa que se trate de un documento falso, sino que el Papa Benedicto XVI pudo haberlo redactado con descuido, de hecho estos errores han sido corregidos en la versión que figura en el portal del Vaticano en Internet.