El último triunfo del lobby homosexualista ha sido una resolución del Consejo Regional de la Emilia Romaña aprobada el pasado martes que ofrece asilo político a los «homosexuales perseguidos en Rusia». La ley rusa no persigue a los homosexuales sino que protege a los menores de la propaganda homosexual.
La resolución del Consejo Regional de Emilia Romaña básicamente dice lo siguiente: «La Emilia-Romaña ofrece asilo político a los homosexuales discriminados y perseguidos en Rusia por la ley anti-gay promovida por el primer ministro Vladimir Putin.»El documento ha contado con el sí de la izquierda, mientras que la derecha ha dejado la sala en el momento de la votación.
La resolución afirma “Censuramos la ley rusa y pedimos Gobierno que se comprometa a conceder asilo político a perseguidos LGBT en el territorio de la Federación Rusa».
Sin embargo, lo que se pone en escena la asamblea legislativa del martes no es más que la última pieza de un plan específico: Dirigir la ideología homosexual a través del consenso político y hacer escuela en otras regiones como avanzada de la libertad y los derechos.
Pero, ¿es realmente así? ¿Realmente la ley rusa discrimina a los homosexuales? En realidad en la ley de Putin no hay nada de esto. Sólo prohíbe realizar propaganda homosexual entre menores de edad. Una norma establecida para proteger la infancia y promover la familia natural, que se limita a prohibir la promoción y las relaciones sexuales entre los niños y que establece exclusión de las parejas homosexuales a la adopción de niños.
Se habla de que Rusia ha «pisoteado los derechos de los niños», cuando en todo caso las reglas promulgadas por el parlamento de Moscú se guían por el sentido común y son coherentes con la necesidad de proteger los derechos de los niños en consonancia con lo recomendado por psiquiatras y psicólogos autorizados.
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