Jorge Bergoglio disponía de contactos que utilizaba para ayudar de forma discreta a todos aquellos que estaban siendo buscados por la ley Cuando Jorge Mario Bergoglio se convirtió en Francisco la prensa progresista no tardó en acusarle de haber colaborado con el régimen del general Videla. En realidad, el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, hizo todo lo posible por intermediar entre el general y los sacerdotes. Precisamente ahora se ha publicado un libro sobre el asunto: ‘La lista de Bergoglio. Los salvados por el Papa Francisco’. Las historias nunca contadas, en el que el periodista del diario italiano Avvenire Nello Scavo recoge los testimonios de varias personas –disidentes, sindicalistas, sacerdotes, estudiantes, intelectuales, creyentes y no creyentes– a quienes el entonces padre Jorge Mario Bergoglio consiguió poner a salvo de la persecución de la Junta militar, sin duda un episodio desconocido. Según la prensa italiana, en este libro se conduce una investigación minuciosa sobre la actitud de Bergoglio durante la dictadura (1976-83), época en la que era Presidente de los jesuitas argentinos. «Ninguno de los que pertenecían al sistema Bergoglio sabían que hacían parte de éste último. Cada uno hacía un favor preciso al jefe de los jesuitas: uno ponía a disposición una cama durante algunas noches, otro ayudaba con un trayecto en automóvil y otro comprando billetes de avión o de barco», explica Scavo.
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