Dionigi Tettamanzi es un Cardenal, Arzobispo Emérito de Milán y Administrador apostólico de la diócesis de Vigevano.
Hábil político y afable en el trato, Dionigi Tettamanzi nació el 14 de marzo de1934 en Renate, cerca de Milán, y estudió en el Seminario Menor de Seveso, posteriormente en el Seminario de Venegono Inferior se licenció en teología y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma llevó a cabo su doctorado en Teología.
La formación de Dionigi Tettamanzi
Ordenado sacerdote el 28 de junio de 1957. Continuó sus estudios, en Roma, de 1957 a 1960. Sucesivamente, en Milán: trabajó pastoralmente; fue miembro de la facultad y permaneció muy vinculado a la formación en el seminario.
Elegido Arzobispo de Ancona-Osimo, el 1 de julio de 1989, fue consagrado Obispo, el 23 de septiembre de 1989, Milán en por el Cardenal Carlo Maria Martini.
Fue al cardenal Martini al que desautorizó en público en el Sínodo de Obispos europeos celebrado en el Vaticano en 1999 cuando declaró que la posición del cardenal Martini, favorable a la convocatoria de un concilio para abordar cuestiones como la mayor colegialidad en la toma de decisiones y la incorporación de las mujeres al sacerdocio, había tenido ‘escaso eco’.
Nombrado secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, ad quinquenium, el 14 de marzo de 1991. Renunció al gobierno pastoral de la Arquidiócesis, el 6 de abril de 1991. Trasladado a la sede metropolitana de Génova, el 20 de abril de 1995. Nombrado vice-presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el 25 de mayo de 1995. Fue designado Arzobispo de Milán el 11 de julio de 2002.
Creado cardenal en 1998
Creado Cardenal presbítero, el 21 de febrero de 1998; recibió la birreta roja y el título de SS. Ambrogio e Carlo.
En la Curia Romana es miembro de la Congregación para el Clero, para la Educación Católica y para las Iglesias Orientales; miembro de la Oficina de Asuntos Económicos de la Santa Sede y del Consejo Especial para Europa del Secretariado General del Sínodo de los Obispos.
Es autor de numerosas publicaciones de investigación y de magisterio, especialmente sobre moral fundamental y especial, sobretodo en relación con el ámbito del matrimonio, la familia, la sexualidad y la bioética, además de textos sobre eclesiología, pastoral, hagiografías y espiritualidad. Entre otros títulos destacan los siguientes:
– ¿Crees en el hijo del hombre?: para renovar nuestro camino de fe con el ciego de nacimiento.
– El buen ladrón: meditación
– Veritatis splendor: introducción y guía de lectura.
– Matrimonio y virtudes teologales
Cuando Benedicto XVI publicó el Motu Proprio Summorum Pontificum, Tettamanzi se manifestó diciendo que en su diócesis no se aplicaría ya que no es de rito romano sino de rito ambrosiano.
Muy cercano al Opus Dei
Muy cercano al Opus Dei, saltó a la palestra al comparar en un artículo a San Josemaría Escrivá con San Benito o San Francisco de Asís.
Bautizado por la Liga Nord italiana como “el imán de Milán”, por haber ejercido de abogado de la libertad religiosa de los musulmanes, en concreto por su derecho a establecer mezquitas de gran tamaño en las ciudades europeas.
En un discurso en la Universidad de la Santa Cruz, cuando fue investido Honoris Causa, el cardenal expuso cómo algunos periodos históricos han evidenciado que la libertad sola, desarraigada de toda objetividad, no consigue decidir satisfactoriamente lo que está bien y lo que está mal. Es necesario —dijo— que la libertad y la verdad estén iluminadas por la luz de la Fe que ha traído el anuncio evangélico.
Aunque no es muy mediático y no habla ninguna lengua más que su italiano natal, fue muy sonado su nombre en el Cónclave de Abril de 2005, quizá utilizado por los medios anticlericales europeos, que lo veían como el contrapeso adecuado para Ratzinger, comparándolo con Juan XXIII y presentándolo como un “candidato de consenso”. De hecho, en un artículo en el Diario EL PAIS en Julio de 2002 se referían a Tettamanzi como “un Juan Pablo III. Es decir, por un Pontífice conservador en cuestiones de dogma y gobierno interno de la Iglesia y progresista en la doctrina social.”
Causó sensación en las filas izquierdistas durante las manifestaciones de los antiglobalización en la cumbre del G8 en Génova en julio de 2001 al declarar: «asistimos a un enfrentamiento neto entre el capital y el trabajo».
Su carta pastoral a los divorciados
Como Arzobispo de Milán, en Enero de 2008, envió una carta pastoral a los divorciados de su diócesis, en la que les invitaba a llevar “una vida de fe y de caridad, vividas dentro de la comunidad eclesial”.
Afirmaba, además, que «La imposibilidad de acceder a la comunión eucarística para los casados que viven establemente un segundo enlace no implica un juicio sobre el valor afectivo y sobre la calidad de la relación que une a los divorciados vueltos a casar».
«El hecho de que con frecuencia estas relaciones sean vividas con sentido de responsabilidad y con amor en la pareja y hacia los hijos es una realidad que tienen en cuenta la Iglesia y sus pastores». Concluía la carta pidiendo a los divorciados vueltos a casar que «participen con fe en la misa», aunque no puedan comulgar, pues «la riqueza de la vida de la comunidad eclesial sigue a disposición de quien no puede acercarse a la santa comunión».
En Agosto de 2012 el cardenal Dionigi Tettamanzi pidió abiertamente que se agilizara el proceso para la beatificación de Pablo VI: «Confío y deseo ardientemente que pronto, –y estoy seguro que muchos, todos, así lo comparten–, la Iglesia pueda venerar a Pablo VI como beato: un deseo que se enciende cada vez que leo sus escritos y pienso en su servicio de amor a la Iglesia y la humanidad»
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