El discurso de Santa Teresa de Calcuta que enfrentó al poder político: ‘El aborto es el mayor destructor de la paz’

El discurso de Santa Teresa de Calcuta que enfrentó al poder político: ‘El aborto es el mayor destructor de la paz’

ACI Prensa difundió un video recordando el histórico discurso que Santa Teresa de Calcuta pronunció el 3 de febrero de 1994 en el Desayuno Nacional de Oración de Washington D.C. Ante la élite política estadounidense. La fundadora de las Misioneras de la Caridad proclamó con firmeza la verdad sobre la dignidad de la vida humana y denunció al aborto como la mayor amenaza para la paz.

Al evento asistieron el entonces presidente Bill Clinton, la primera dama Hillary Clinton, el vicepresidente Al Gore y otras figuras políticas de Estados Unidos. Frente a ellos, la santa advirtió:

“La amenaza más grande que sufre la paz hoy en día es el aborto, porque el aborto es hacer la guerra al niño, al niño inocente que muere a manos de su propia madre”.

“El aborto destruye el amor y la paz”

La religiosa de origen macedonio explicó que aceptar el aborto erosiona la capacidad de amar: “Si aceptamos que una madre pueda matar a su propio hijo, ¿cómo podremos decir a otros que no se maten? (…) El mayor destructor del amor y de la paz es el aborto”.

Pidió, además, ayudar a las madres que dudan en continuar con su embarazo:

“Jesús dio su vida por amor a nosotros. Hay que ayudar a la madre que está pensando en abortar; ayudarla a amar, aun cuando ese respeto por la vida de su hijo signifique sacrificios”.

La adopción, respuesta concreta frente a la cultura de la muerte

Santa Teresa ofreció una alternativa clara: la adopción. Señaló que sus casas en Calcuta habían dado en adopción a más de tres mil niños, llevando alegría y paz a numerosas familias. Recordó la respuesta de un padre adoptivo al que le sugirieron devolver a un hijo enfermo: “Madre Teresa, llévese mi vida antes que el niño”.

Las naciones que legalizan el aborto son las más pobres

La santa advirtió que la mayor pobreza no se encuentra en los barrios marginales, sino en las naciones ricas que legalizan el aborto: “Para mí, las naciones que han legalizado el aborto son las más pobres, le tienen miedo a un niño no nacido y el niño tiene que morir”.

Concluyó con un fuerte llamado a la defensa de la vida:

“Que ningún niño sea rechazado, que ningún niño no sea amado, que ninguno sea asesinado y tirado a la basura”.

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