En una entrevista exclusiva a los medios vaticanos, la activista paquistaní y premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai ha renovado su llamado global a defender el derecho a la educación, especialmente de las niñas en contextos de guerra y opresión.
A los 14 años sobrevivió a un atentado talibán por su activismo en la región de Swat Valley, donde escribía en un blog denunciando la prohibición de asistir a la escuela para las mujeres. Hoy, con 28 años, Malala reconoce que el cambio es lento, pero asegura que su misión vital sigue intacta: “Más de 122 millones de niñas siguen fuera de la escuela. El progreso necesita recursos constantes y creatividad, pero no he perdido la urgencia de luchar por su futuro”.
Educación y guerra: millones de niños sin escuela
Malala denunció que los conflictos en Siria, Ucrania, Gaza y Sudán del Sur privan a millones de menores de la posibilidad de estudiar. “¿Cuántas escuelas fueron bombardeadas esta semana? ¿Cuántos niños se acuestan escuchando disparos?”, se preguntó.
Enfatizó que la educación en emergencias no puede esperar: “Mantener a los niños en la escuela es vital para su seguridad emocional y su sentido de esperanza”.
Afganistán: un apartheid de género
Sobre la situación de las niñas bajo el régimen talibán, Malala fue contundente: “No es solo discriminación, es un apartheid de género. Les prohíben estudiar, trabajar, participar en la vida pública. Controlan hasta la ropa y el tono de su voz”.
El Malala Fund ha anunciado 3 millones de dólares en nuevas ayudas para programas educativos en Afganistán, desde escuelas a domicilio hasta contenidos por radio y televisión satelital. “Queremos mantener vivo el acceso a la educación pese a la represión”, explicó.
El poder transformador de la educación
Para Malala, la educación es esencial en la construcción de paz, justicia y desarrollo: “En la escuela los niños aprenden a pensar críticamente, a trabajar juntos y a cultivar la compasión. Son valores necesarios contra la misoginia y la discriminación”.
La activista recordó el ejemplo de su padre, Ziauddin Yousafzai, que recorría casas convenciendo a familias para que enviaran a sus hijas a la escuela. Ese impulso dio origen al Malala Fund, que hoy apoya proyectos en países como Brasil, Etiopía, Nigeria, Pakistán y Tanzania.
Diálogo interreligioso y educación
Malala coincidió con el Papa León XIV en la importancia del diálogo interreligioso para promover el acceso universal a la educación. “Cuando conocemos personas de otras religiones descubrimos valores compartidos. La educación tiene el poder de superar divisiones y fomentar la empatía”, afirmó.
Mensaje en el Día Internacional de la Alfabetización
De cara al 8 de septiembre, Día de la Alfabetización de la ONU, Malala lanzó un mensaje inspirador: “Cada día hay niñas que estudian a la luz de una vela o caminan kilómetros para llegar a la escuela. Si ellas arriesgan todo para aprender, nosotros debemos alzar la voz para exigir a nuestros líderes inversiones en educación y soluciones duraderas”.
