Arcoíris en Europa, grúas en Oriente: el negocio perfecto de la hipocresía
Entras a una gasolinera a repostar y te encuentras con los pilares vestidos como si hubieras aparcado en la carroza de Netflix. Rayas arcoíris, flechas trans, circulitos queer… Todo el pack completo. Te preguntas si estás echando gasolina o subvencionando un desfile.
Pero la cosa no acaba ahí. Resulta que esas gasolineras no son de hippies progres ni de cooperativas feministas. No. Son propiedad de fondos y grupos empresariales árabes, a menudo vinculados a países donde la homosexualidad no solo es delito, sino delito de horca.
Sí: te están vendiendo diversidad arcoíris desde la misma mano que, en otros países, aprieta la soga.
Europa: el bazar del cinismo
En Occidente, estas empresas pintan las columnas con todos los colores del espectro ideológico. Te sonríen con carteles de “inclusión”, “libertad” y “respeto a todas las identidades”. Pero haz el ejercicio: busca si esas mismas marcas promueven los derechos LGTB en Riad, Abu Dabi o Teherán. Spoiler: no.
Ahí no hay pegatinas de “love is love”. Hay grúas. De verdad. Grúas de acero. Y no para obras.
Y tú, católico, pagas la fiesta
Mientras tú llenas el depósito como un alma de Dios, estás financiando la maquinaria ideológica que en tu país adoctrina a tus hijos y en el suyo cuelga a los homosexuales. No es progresismo. Es cinismo de alto octanaje.
Aquí te venden tolerancia. Allí te condenan con la sharía. Aquí reparten panfletos de género. Allí, látigos y cadenas.
Y lo más grave: tú lo estás pagando. Porque no te informas, porque no te importa o porque crees que no hay alternativa. Pero la hay: se llama coherencia.
Boicot. Sin excusas.
¿Te parece duro? Más duro es tener que explicarle a tu hijo por qué su catequista es cuestionado mientras se aplaude a drag queens en el colegio. Más duro es llenar el depósito y ver cómo con tu dinero pintan de ideología lo que debería ser solo servicio.
Es hora de decir basta. De dejar de financiar a quienes desprecian nuestra fe en Europa mientras en sus países persiguen incluso a los que solo se les parecen.
Boicot católico ya. A la hipocresía. A la mentira. Al arcoíris mercenario.
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