Del 4 al 6 de julio se celebró en el Santuario de Covadonga la tercera edición de la Jornada Eucarística Mariana Juvenil (JEMJ), organizada por la asociación laical En Marcha JEMJ con la colaboración de la Conferencia Episcopal Española. El encuentro reunió a más de 1.700 jóvenes procedentes de 19 países, superando ampliamente las previsiones iniciales de participación.
La jornada giró en torno a la Eucaristía como eje central de la vida cristiana. Como novedad, esta edición incluyó una capilla de adoración perpetua con el Santísimo expuesto frente a la basílica, permitiendo a los jóvenes turnarse en oración durante todo el día y la noche. Este gesto ha sido interpretado por los organizadores como signo del proceso de “recuperación del centro eucarístico” dentro de la vida de la Iglesia.
La Misa de apertura fue presidida por el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, mientras que la clausura estuvo a cargo del arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, junto a más de cuarenta sacerdotes concelebrantes. En su homilía final, el arzobispo saludó a los jóvenes en varias lenguas, en un gesto hacia el carácter internacional del encuentro.
Durante el fin de semana, los participantes asistieron a talleres formativos, momentos de oración y testimonios. Destacó la presencia de la reliquia del beato Carlo Acutis, así como el estreno del musical Una monja famosa, sobre la vida de la hermana Clare Crockett.
La próxima edición de la JEMJ ya tiene fecha: se celebrará los días 10, 11 y 12 de julio de 2026, también en Covadonga, bajo el lema Haced lo que Él os diga.
Por otro lado, los próximos días 26, 27 y 28 de julio tendrá lugar una nueva edición de la Peregrinación Nuestra Señora de la Cristiandad, que une Oviedo y Covadonga a pie, en el marco de una marcha de varios días centrada en la liturgia tradicional y el culto mariano.
Ambos acontecimientos, diferentes en estilo y organización, reflejan una creciente atención pastoral y espiritual en torno a la centralidad de la Eucaristía y el papel de María en la vida de los jóvenes católicos, situando a Covadonga, con todo su simbolismo, como lugar de reconquista de lo sagrado.
