A pocos días del inicio del cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, el historiador y periodista Giovanni Maria Vian —exdirector del Osservatore Romano, diario oficial del Vaticano— ha ofrecido una radiografía crítica y matizada del pontificado que acaba de concluir.
En una entrevista exclusiva con El Confidencial, Vian no duda en calificar a Francisco como “un papa profundamente absolutista” y en criticar su gestión con los casos de abusos dentro de la Iglesia.
“Fue un pontificado con luces y sombras”, afirma Vian. Si bien reconoce que Francisco logró llegar a sectores alejados de la Iglesia —como ambientes laicos o sociedades secularizadas— y que dominó con habilidad la comunicación en una era de redes sociales, también subraya sus múltiples contradicciones: “Hablaba mucho, improvisaba, decía cosas diferentes. Su postura sobre la renuncia papal cambió radicalmente con el tiempo”.
Uno de los aspectos más críticos del legado de Francisco, según Vian, fue la gestión de los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Aunque el papa argentino reconoció la labor de Benedicto XVI en este tema, “casos como el del padre Rupnick muestran que no fue coherente”, sostiene. “Francisco abrazó la causa, pero no siempre actuó con contundencia. En muchos países, como Italia o España, no se ha hecho prácticamente nada”.
Sobre la estructura del poder en la Iglesia, Vian asegura que el pontificado de Francisco ha llevado el absolutismo papal “a su extremo”, a pesar de haber iniciado procesos como el sínodo de la sinodalidad. “Fue un método de consulta excelente, pero sin ningún resultado”, lamenta, destacando la falta de avances en temas como el diaconado femenino o la ordenación de hombres casados.
De cara al futuro, el historiador cree que el nuevo papa será europeo y que probablemente volverá a residir en el Palacio Apostólico, en contraste con la elección de Francisco de vivir en Santa Marta. “Eso demostraría que la decisión de Bergoglio fue una opción personal, no una imposición institucional”.
En cuanto a los favoritos para el próximo papado, menciona nombres como el italiano Pietro Parolin, el filipino Luis Antonio Tagle y el sueco Anders Arborelius, a quien Vian declara como su “papa soñado”. “Si yo fuera cardenal, lo votaría en cuanto empezara el cónclave”, asegura.
Sobre la duración del cónclave, se muestra escéptico: “Muchos cardenales no se conocen entre ellos. Tendrán que hablar y conocerse. Si no hay consenso pronto, será largo”.
El italiano Giovanni Maria Vian deja un mensaje claro: el legado de Francisco está lleno de gestos audaces y contradicciones, y ahora, tras su muerte, la Iglesia debe decidir si profundiza en su línea o busca un equilibrio más colegiado.