En su mensaje semanal con motivo del Domingo de Ramos, el arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha recomendado a los fieles vivir con intensidad y profundidad espiritual los días de la Semana Santa, recordando que se trata del momento litúrgico “más importante de todo el año”, en el que la Iglesia conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
El prelado burgalés ha comenzado su carta recordando la aclamación del pueblo a Jesús al entrar en Jerusalén: “¡Hosanna en el cielo!”, y ha expresado su deseo de recorrer junto a los creyentes este tiempo sagrado, “llevando la cruz, padeciendo los mismos sufrimientos y compartiendo las mismas alegrías del Señor”.
Con un tono cercano, Mons. Iceta ha animado a los fieles a prepararse espiritualmente mediante el sacramento de la Penitencia, como paso necesario para “morir al pecado y resucitar con Cristo”. Subrayó la importancia de agradecer el don de la misericordia divina, especialmente en la fragilidad humana.
El perdón como antídoto para el corazón herido
Citó al papa Francisco para destacar el papel del perdón como fuente de sanación personal y social: “El perdón es el oxígeno que purifica el aire contaminado por el odio… el antídoto que cura los venenos del rencor”, afirmó el arzobispo, recordando las palabras del pontífice durante un Ángelus en septiembre de 2023.
En esta línea, el mensaje plantea que el perdón y la compasión son las claves del camino cristiano, señalando que la fidelidad al amor se expresa “estando junto al oprimido y al que sufre, aunque nos cueste la propia vida”.
El misterio de la entrega por amor
El arzobispo de Burgos hizo un repaso de los momentos más conmovedores de la Pasión: la agonía de Jesús en Getsemaní, el camino hacia el Calvario y la Cruz, insistiendo en que, incluso en el abandono, Cristo no cae en la desesperación, sino que ofrece “el camino de la vida, la esperanza y la paz”.
El mensaje es también una llamada a reflexionar profundamente sobre el sentido de la muerte y resurrección del Señor. “Nos adentramos en la entrega de Cristo por amor: un amor de piedad, compasión y ternura”, subrayó Iceta.
Como conclusión, el arzobispo encomendó cada momento de esta Semana Santa a la Virgen María, quien acompañó a su Hijo hasta el final, convirtiéndose en testigo del inicio de una “nueva creación”. Invitó a todos a unirse a ella “durante estos días de Pasión y Gloria” para celebrar la victoria de la Resurrección. “Con gran afecto, os deseo una Semana Santa llena de gracia y de esperanza”, finalizó su mensaje pastoral.
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