El cardenal Roche asegura que «no hay nada de malo» en asistir a la Misa tradicional

El cardenal Roche asegura que «no hay nada de malo» en asistir a la Misa tradicional

Con motivo de su 75 cumpleaños, el cardenal Arthur Roche, prefecto del Dicasterio del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ha concedido una entrevista al Catholic Herald.

El purpurado inglés repasa en la entrevista como se fue fraguando su vocación siendo joven: «A menudo entraba por la mañana de camino al colegio y sentía una verdadera satisfacción, paz y felicidad. Recibí la comunión a los siete años y me convertí en monaguillo».

Roche habla también de su etapa en el Colegio Inglés de Valladolid que define como «una experiencia extraordinaria». Según él, «los 26 mártires del colegio fueron una inspiración constante para nosotros». Allí en la capital de Castilla y León pasó tres años en donde recibió «una excelente educación de los padres agustinos y el colegio estaba adscrito a la Universidad de Comillas de los jesuitas».

Se ordenó sacerdote en 1975 y fue nombrado secretario del obispo Wheeler hasta 1982. Roche estudió teología moral en Roma y regresó en 1995 como secretario general de la Conferencia Episcopal de Inglaterra. Fue san Juan Pablo II quien le nombró obispo auxiliar de Westminster y al poco tiempo se convirtió en obispo de Leeds. Ya en 2012, Benedicto XVI le llamó para ser secretario del Dicasterio del cual a día de hoy es prefecto. Allí estuvo bajo las órdenes del cardenal Cañizares y del cardenal Sarah.

Sinodalidad y retos del Dicasterio

Sobre la sinodalidad, el prefecto del Culto Divino entiende que «es un inmenso don para la Iglesia, porque creo que nos enseña a escuchar con mucha atención a las personas, en lugar de convertirnos simplemente en apologistas agresivos».

El cardenal Roche señala que el mayor desafío que tienen desde su Dicasterio es la «profunda falta de formación sobre la liturgia en los últimos años, junto con una creciente tendencia de las personas a creer que pueden adorar de la manera que quieran, en lugar de hacerlo dentro del contexto de la Iglesia».

Para el cardenal inglés, la formación «es esencial» para no caer en «interpretaciones erróneas de la liturgia o a su uso como entretenimiento en lugar de culto a Dios». El prefecto del Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos recuerda que «los sacerdotes deben respetarla: son servidores de la liturgia, no sus creadores. Tomar atajos, omitir partes o replantear la liturgia no es mi responsabilidad como sacerdote, cardenal u obispo».

Roche y la Misa tradicional

El cardenal Roche no rehúye la pregunta sobre la Misa tradicional y el controvertido motu proprio Traditionis custodes. El cardenal prefecto del Dicasterio del Culto Divino afirma en la entrevista que «no hay nada de malo en asistir a la Misa celebrada con el misal de 1962. Eso se acepta desde los tiempos del Papa San Juan Pablo II, del Papa Benedicto XVI y ahora del Papa Francisco».

El purpurado indica que lo que el Papa Francisco quiso decir en Traditionis custodes es que esa misa «no es la norma», de ahí el empeño de su Dicasterio por eliminar todas las misas tradicionales de las catedrales de numerosas diócesis importantes en todo el mundo.

Según apunta el cardenal Roche, «los números de fieles que asisten a la Misa tradicional en latín son, en realidad, bastante reducidos, pero algunos grupos son bastante ruidosos. Se hacen notar más porque hacen oír su voz».

El prefecto del Culto Divino trata de deshacerse de las críticas recibidas durante todos estos años por ser el artífice de las severas restricciones hacia la misa tradicional asegurando que él la mayoría de días celebra la misa en latín Novus Ordo y que fue monaguillo hasta los 20 años sirviendo en la forma tridentina.

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