El obispo suizo Marian Eleganti ha publicado un artículo crítico sobre la dirección que ha tomado la Iglesia católica en el blog Stilum Curiae de Marco Tosatti, centrando su análisis en lo que considera una pérdida del enfoque en Jesucristo dentro del concepto de sinodalidad y del discurso oficial.
Eleganti comienza destacando que la sinodalidad, entendida como consulta y escucha mutua, es algo positivo y natural. Sin embargo, aclara que su preocupación va más allá: «La Iglesia en nuestros días no se comporta como una novia enamorada de Jesucristo», lamenta el prelado.
El obispo señala que la Iglesia moderna está demasiado centrada en ser inclusiva, flexible y fluida, dejando de lado las verdades esenciales del Evangelio. Según él, la sinodalidad, promovida como una nueva apertura, ha puesto énfasis en temas como la organización interna, estructuras jerárquicas y herramientas espirituales, en lugar de en el mensaje de salvación a través de Jesucristo. «La Iglesia sinodal habla muy poco de Jesucristo, pero sí mucho de todo tipo de cosas (otras cosas)», critica.
La fluidez como sello distintivo
En su artículo, Eleganti cuestiona la perspectiva de una Iglesia que parece relativizar las verdades de la fe para ser más inclusiva. Según él, este enfoque diluye el carácter absoluto de Jesucristo como único camino de salvación. **»Se les muestra incondicionalmente [a las personas] prometiéndoles la salvación, sin importar cómo vivan o en qué crean»**, denuncia el obispo.
Asimismo, pone en duda la convicción de algunos ministros respecto a la deidad de Cristo y su carácter universal. «A menudo dudo de si estas personas bautizadas y, a menudo, quienes son ministros en la Iglesia están realmente profundamente convencidos de la deidad de Jesucristo», escribe, subrayando que lo esencial del cristianismo parece haberse diluido en favor de mensajes más fáciles de digerir pastoral y socialmente.
Una partida sin la carta ganadora
Eleganti utiliza una metáfora para ilustrar su punto: la Iglesia está perdiendo el «juego» porque ha dejado de jugar su carta ganadora, que es Jesucristo. «La Iglesia de hoy ya no juega la carta ganadora y se lleva a todos los que están sobre la mesa», lamenta. En su opinión, el énfasis en mantener el diálogo interreligioso y la inclusión ha llevado a la Iglesia a negociar las reglas de la fe en detrimento de su mensaje central.
El obispo suizo concluye su reflexión con una llamada a volver al núcleo del cristianismo: «¡Nadie viene al Padre sino por Mí!” sigue vigente», subrayando que esta afirmación del Evangelio no puede ser ignorada ni negociada.
Finalmente, Eleganti invita a los fieles y a los líderes de la Iglesia a redescubrir el Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado en 1992, como una guía para retomar el enfoque en Cristo. Para él, la situación actual requiere una corrección urgente: «Apocalipsis ahora», advierte, en alusión al impacto que esta tendencia podría tener en la fe y en la misión de la Iglesia.
El artículo del obispo refleja una preocupación profunda por el rumbo que ha tomado la Iglesia en el contexto de la sinodalidad, planteando un llamado a la reflexión sobre su mensaje y misión fundamentales.