Cobo arrincona definitivamente a Martínez Camino

José Cobo

Después del merecido descanso, vuelve la Comunidad de Lanceros con más brío, con más ganas y con nuevos miembros. Durante este mes de agosto pasado, la Comunidad ha aprovechado para hacer Ejercicios Espirituales, según la regla y norma de san Ignacio, y para profundizar en la amistad entre sacerdotes y fieles laicos. 

No olvidamos que, en el último día del mes de julio, cuando las parroquias estábamos en horario de verano, en los campamentos con los chavales, y los sacerdotes teníamos la mirada puesta en el canónico descanso, el cardenal Cobo, Cobito, Cubero, como un meteorito, con estivalidad y alevosía, hacía públicos los nombramientos para la Universidad Eclesiástica San Dámaso, la joya de la corona de la archidiócesis de Madrid, la gran herenciea del cardenal Rouco. 

La noticia, esperada desde hacía meses, traía un amargo sabor de boca. Por un lado, nombraba rector a uno de los sacerdotes más inteligentes y preparados de la archidiócesis, Nicolás Álvarez de las Asturias, a quien algunos ya llaman El enterrador

Era el candidato natural para sustituir a Javier Prades, que será el Rector por esencia y excelencia de esa Universidad. Álvarez de las Asturias se ha ganado el puesto. No vamos a entrar, como señala alguno de los miembros de la Comunidad, a especular sobre lo que ha tenido que aceptar el nuevo rector del cardenal para hacerse con el cargo, que si el cierre de varias facultades, que si el nombramientos de profesores progresistas… Veremos si es capaz de mantener a flote esa Universidad en la que se enseña aún la sana doctrina católica, sin contaminaciones, ni originalidades francisquistas. Habrá que estar atentos a ver cómo el nuevo rector frena las bombas que los jesuitas de Comillas le ponen a San Dámaso.  

La noticia no era esa. La noticia era la humillación que sufría, una vez más, el único obispo auxiliar, y no auxiliar, de Madrid con títulos académicos superiores, monseñor Juan Antonio Martínez Camino, doctor en Teología, ordinario de Dogmática de la Universidad de Comillas y en la misma Universidad San Dámaso, cuyos estudios en Alemania y cuyas publicaciones le califican como uno de los obispos con mayor formación teológica del episcopado español. Dicho lo cual, el cardenal de Madrid nombra al joven obispo José Antonio Álvarez Sánchez, Vice-Gran Canciller de la Universidad para controlar al rector, dejando a un lado a Martínez Camino. 

Martínez Camino
Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid

Los madrileños de la Comunidad de Lanceros dicen que monseñor Álvarez no es lo peor de los obispos españoles, ni mucho menos. Pero sus grados académicos no llegan ni a la licenciatura en teología, entre otras razones porque no redactó la tesina de la especialidad que estudió, teología espiritual, en Comillas, claro está. Allí se produjo el flechazo con el P. Arana, el gran valedor de monseñor Martínez.  Del otro obispo auxiliar de Madrid, licenciado en Teología Pastoral en el Instituto Superior de Pastoral de Madrid,  no merece la pena ni dedicarle dos líneas. Su especialidad teológica son los hornos de leña. 

El cardenal plenipoteciario madrileño aparta definitivamente a monseñor Martínez Camino del gobierno de la diócesis madrileña. Pero una cosa es ningunearle y otra humillarle, a él y a la Universidad San Dámaso. 

La Comunidad de Lanceros