El arzobispo de Madrid, José Cobo, anunció este viernes en la clausura del I Congreso Internacional Jordán, sobre los abusos de poder en la Iglesia organizado por la Compañía de Jesús, que está preparando para septiembre un acto con víctimas de abusos sexuales en el seno de la Iglesia.
Se trata de una medida que ya venía recogida en el ‘Informe sobre los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica’ que realizó el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo. Entre sus recomendaciones, Gabilondo pedía la celebración de un acto público de reconocimiento y reparación a las víctimas en el que se acepte la «gravedad» del problema y el daño causado. Una petición que el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española parece haber escuchado y pondrá por obra.
El cardenal ha reconocido que el acto sobre el que se está trabajando «no será el final de nada, sino un espacio de encuentro, reparación y testimonio que quiere responder a lo que las víctimas nos van diciendo». Será también un acto de oración —ha dicho—en el que, «reconociendo nuestros errores, expresaremos que queremos seguir acompañando a las víctimas, poniéndolas en el centro de todo, teniéndolas como compañeras de camino, aprendiendo un poco más de ellas cada día, para poder seguir avanzando en una cultura del buen trato y del respeto dentro y fuera de la Iglesia».
Poniendo a las víctimas, «las propias y las ajenas», en el centro de su alocución, el cardenal Cobo ha reconocido el «deber especial» de acoger «el clamor de las víctimas que están en una Iglesia que un día no supo protegerlas, pero que tiene la gravísima responsabilidad de contribuir a su sanación. Ellas forman parte de nuestro rebaño, incluso aun cuando no quieran saber nada de él».
José Cobo ha destacado que casi siempre junto al abuso de conciencia encontramos «el vecino abuso de poder», que, a veces, «concluye en abuso sexual, mediante la imposición de una espiritualidad manipuladora que consigue distorsionar el rostro de Dios y sus mediaciones eclesiales. Aún no sabemos el infinito dolor que hay escondido detrás de tanto silencio y repliegue personal».
Reintegración social de los victimarios
No obstante, el cardenal ha querido enfatizar sobre «los vaivenes populistas». «Por poco popular que resulte, «la Iglesia, santa y pecadora ella misma, no puede renunciar a que se cumpla el designio del Señor: “Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva”. Tenemos que seguir investigando y profundizando en los factores estructurales y personales que facilitan el abuso y, que ayuden mejor a la recuperación y reintegración social de los victimarios».
Para concluir, ha recordado la supervisión en toda forma de manejo de poder: «Precisamos de conversión y de una revisión de nuestras formas y de nuestros modos de actuar sin contraste y sin discernimiento evangélico. Necesitamos invertir en prevención y formación. Esta debe fomentar formas sanas de liderazgo que no dañen a nadie y que sean fecundas para el desarrollo armonioso de la vida cristiana».