El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, aprovechó la semana pasada su estancia en Madrid para asistir a la reunión de la Comisión Ejecutiva de la CEE para dar una entrevista a El Debate.
Monseñor Iceta es arzobispo de una diócesis con marcado carácter rural por lo que no son pocos los pueblos que ven que ya no pueden tener misas todos los domingos por la falta de sacerdotes. El arzobispo Iceta lamenta que en estos momentos en la archidiócesis de Burgos «se bautiza el 56 % de los niños que nacen. ¡En la católica Burgos, solo uno de cada dos!»
Para fomentar nuevas vocaciones es necesario que en primer lugar haya niños e iniciación cristiano, algo que por desgracia cada vez va a menos. Iceta señala en la entrevista que después de la Primera Comunión y de la confirmación, «baja muchísimo el número de niños que continúan en la parroquia. Y lo mismo pasa con los matrimonios: hoy en España la gente convive más que se casa; el 56 % de los niños en España nacen ya fuera del matrimonio; y entre los matrimonios canónicos, en torno a un 18 %».
Para Iceta la clave radica en «fortalecer la fe de las familias con una vigorosa pastoral familiar, y fortalecer la iniciación cristiana». El prelado vasco señala que «si las familias viven vigorosamente su fe, si las comunidades cristianas son capaces de iniciar con profundidad en la fe a los niños y a los jóvenes, de ahí nacerán las vocaciones».
En defensa del celibato sacerdotal
Preguntado por «alternativas» como la ordenación de hombres casados o las diaconisas, el arzobispo de Burgos subraya que «el celibato no es solo una cuestión disciplinar; el celibato es un don del Señor, con el que Él te llama a una entrega de absoluta disponibilidad al servicio sacerdotal. El celibato no es sinónimo de soledad, sino de disponibilidad».
Monseñor Iceta no cree que «la ordenación de hombres casados resuelva el problema» de la falta de sacerdotes. Por otro lado, sobre el tema de las diaconisas Iceta confirma que le consta «que hay una comisión de estudio, que supongo hará una propuesta al Santo Padre, y, por tanto, habrá un pronunciamiento en el futuro».
El arzobispo de Burgos, repreguntado por la cuestión de las diaconisas durante la entrevista, elude manifestarse con claridad y se limita a decir que «vamos a ver lo que la Iglesia dirime y lo que el Santo Padre resuelve».
La problemática de la pornografía
Para el arzobispo de Burgos, «la pornografía cosifica a la persona: desposee de su dimensión personal a quien tengo delante y solo se ve algo que suscita una respuesta erótica o placentera. El porno es una gran despersonificación».
Monseñor Iceta subraya que la pornografía «te incapacita para amar y entregar la vida, porque lo que voy a buscar siempre va a ser un placer mío, personal, para mí, encerrado en mí mismo». Es por ello que no duda en afirmar que «hoy la pornografía es un gran problema social, y una adicción para muchas personas que necesitan ayuda. Por eso es fundamental hacer una tarea de prevención desde la educación».