Francisco ha dado una versión de su reunión con Macron marcadamente distinta a la que da el presidente francés, lo que se ha traducido en una tensión evidente e incómoda entre ambos.
“Con la vida no se juega, ni al principio ni al final”, asegura Francisco tras su visita de dos días a Marsella, donde ha hecho un canto a las virtudes de la acogida que desmiente la situación de violencia de la ciudad portuaria francesa.
El Papa rechazó con palabras inequívocas el proyecto de ley de eutanasia propuesto por Macron, pero, sobre todo, desmiente por completo la versión dada por el Elíseo sobre el cara a cara que mantuvieron ambos. “Hoy no hablamos sobre este tema, pero hablamos de ello durante la otra visita , cuando nos encontramos, lo hablé claramente, cuando él vino al Vaticano”, aseguró el Santo Padre en el vuelo de vuelta a Roma.
“Le dije mi opinión, clara: no se puede jugar con la vida, ni al principio ni al final. Nada de jugar. Es mi opinión: valora la vida , ¿sabes? Porque si no terminaréis con esa política del no dolor, de una eutanasia humanista «. Y agregó: “Hoy tenemos cuidado con las colonizaciones ideológicas que arruinan la vida humana y van contra la vida humana. Hoy se está borrando la vida de los abuelos, por ejemplo; cuando la riqueza humana entra en el diálogo entre abuelos y nietos… se borra: son viejos, no sirven. No se juega con la vida».
El problema es que el Elíseo da una versión muy distinta del mismo encuentro. Oficialmente, en la conversación privada el presidente había informando al Papa sobre el calendario y la metodología del proyecto de ley. Macron, en esta versión, «no entró en detalles ni sobre el contenido ni sobre el resto del texto».