Monseñor Urbańczyk destaca la urgencia de prevenir el uso de las armas nucleares

Monseñor Urbańczyk destaca la urgencia de prevenir el uso de las armas nucleares

«Tras casi ocho décadas desde Hiroshima y Nagasaki, y sesenta años después de la Crisis de los Misiles de Cuba, seguimos sin aprender la lección claramente expresada en la Encíclica Pacem in Terris del Papa Juan XXIII: ‘las armas nucleares deben ser prohibidas’, una afirmación reafirmada por el Papa Francisco al considerar que ‘la posesión de armas nucleares es inmoral’. Estas impactantes palabras fueron pronunciadas por monseñor Janusz Urbańczyk en su discurso durante la reunión del primer Comité Preparatorio de la Conferencia de las Partes de 2026, encargada del Examen del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, celebrada en Viena el 31 de julio.

Promoviendo la confianza mutua y el diálogo

Ante la amenaza que representan las armas nucleares, es imperativo que en la comunidad internacional aumente la confianza mutua, forjada a través de un diálogo verdaderamente orientado hacia el bien común y no a la protección de intereses ocultos o particulares. Siguiendo las palabras del Papa Francisco, el representante del Vaticano ante la OSCE presentó la visión de la Santa Sede, reiterando que «cada conflicto armado, especialmente la guerra de Ucrania, nos recuerda que debemos perseguir incesantemente el diálogo, ya que las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva solo ofrecen una ilusión de paz y multiplican los riesgos».

Las razones para prohibir las armas nucleares

Monseñor Urbańczyk enumeró las razones por las cuales se compromete a un mundo libre de armas nucleares. En primer lugar, resaltó la inadecuación de estos sistemas de defensa para hacer frente a las amenazas de seguridad en el siglo XXI. Además, destacó las consecuencias «catastróficas» del uso de armas nucleares, así como el derroche de recursos humanos y económicos en su modernización, recursos que podrían destinarse a alcanzar la paz, el desarrollo y la seguridad integral. También mencionó el clima de miedo y desconfianza generado por su mera posesión y los riesgos de una escalada en conflictos armados convencionales que involucren la utilización de armas nucleares.

Las consecuencias de la experimentación en el planeta

A estas razones, monseñor Urbańczyk añadió el preocupante impacto de la experimentación nuclear en el planeta, llevada a cabo impunemente con miles de artefactos nucleares que han afectado a las poblaciones y los ecosistemas de la Tierra, con efectos negativos que se prolongarán durante cientos y miles de años, perjudicando a las generaciones futuras. Este problema afecta a todos los Estados y a nuestro hogar común, por lo que su reducción representa un reto y un imperativo moral y humanitario que requiere una ética de solidaridad.

Renovando el compromiso con el desarme de armas nucleares

Por ello, la Santa Sede hace un nuevo llamado a los Estados para que adopten una renovada convicción de urgencia y compromiso para lograr acuerdos concretos y duraderos en favor de la no proliferación y el desarme nuclear. La puesta en marcha de una arquitectura jurídica del desarme nuclear no puede posponerse y requiere que cada Estado reconozca que ciertos asuntos trascienden sus estrechos intereses y agendas individuales, en aras del bien general. Monseñor Urbańczyk concluyó con una declaración contundente: nuestra tarea más apremiante es evitar la guerra nuclear, garantizando así la supervivencia de la humanidad y el bienestar de las generaciones venideras, para forjar un mundo de fraternidad, solidaridad y justicia».

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