“El abuso sexual de menores por parte del clero y su mala gestión por parte de los líderes eclesiásticos ha sido uno de los mayores desafíos para la Iglesia de nuestro tiempo”, ha dicho el Papa tras recibir a la Comisión para la Protección de Menores.
“Hoy nadie puede decir sinceramente que no le afecta la realidad de los abusos sexuales en la Iglesia”, dijo el Pontífice a los participantes de la reunión. “Las semillas sembradas hace unos diez años, cuando el Consejo de Cardenales recomendó la creación de este organismo, están creciendo, lo vemos. Por eso, precisamente para afrontar los desafíos actuales con sabiduría y valentía, es importante detenerse un momento y reflexionar sobre el pasado. En los últimos diez años todos hemos aprendido mucho, ¡incluyéndome a mí!”.
“El abuso sexual de menores por parte del clero y su mala gestión por parte de los líderes eclesiásticos ha sido uno de los mayores desafíos para la Iglesia de nuestro tiempo”, señala el Papa. “Muchos de ustedes han comprometido su vida con esta causa. Las guerras, el hambre y la indiferencia ante el sufrimiento de los demás son realidades terribles de nuestro mundo, son realidades que claman al Cielo. Sin embargo, la crisis de los abusos sexuales es particularmente grave para la Iglesia, porque socava su capacidad de acoger plenamente y dar testimonio de la presencia liberadora de Dios. La incapacidad de actuar correctamente para detener este mal y acudir en ayuda de sus víctimas ha desfigurado nuestro propio testimonio del amor de Dios”.
Francisco recordó que «en el Confiteor pedimos perdón no sólo por los errores cometidos, sino también por el bien que no hemos hecho».
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