El juez levanta el secreto de sumario del caso de los miguelianos

Ya son cuatro los imputados por el Caso Brujo Miguel

El Juzgado concluye la instrucción del caso que destapó INFOVATICANA en diciembre de 2014. Las informaciones de este portal llevaron al Brujo Miguel a prisión.

El Juzgado de Instrucción 1 de Tui ha levantado el secreto de las actuaciones sobre el caso de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como «los Miguelianos», en el que hay más de una decena de investigados, han informado fuentes del Tribunal Superior de Galicia.

La juez ha decidido alzar el secreto una vez que se han completado las diligencias de investigación inicialmente previstas y se ha recibido informe de la Agencia Tributaria. A partir de abril, empezará a tomar declaración a testigos y perjudicados.

La causa se sigue por la presunta comisión de los delitos de asociación ilícita, contra la Hacienda Pública y abuso sexual, éste último solo con respecto al considerado líder de la organización, Feliciano Miguel Rosendo da Silva, en prisión provisional desde diciembre de 2014.

Entre los investigados está quien es considerada su mano derecha, la pseudo monja -no ha sido reconocida como tal por la Iglesia- Marta Paz, a quien le fueron impuestas, como medida cautelar, comparecencias semanales en los juzgados.

Asimismo, figuran en esa lista otros exmiembros de la organización. Algunos de ellos denunciaron públicamente abusos sexuales, físicos y psicológicos y tacharon a la orden de «secta destructiva».

Describieron a Miguel Rosendo como una suerte de visionario con grandes dotes de seducción, hasta el punto de que durante años habría tenido «engañados» tanto a sus correligionarios como a la propia Iglesia, que dio cobijo a su organización, que en su día llegó a aglutinar a unas 400 personas, hasta que estalló el escándalo.

La Orden y Mandato de San Miguel Arcángel fue reconocida por la Diócesis de Tui-Vigo en julio de 2009 como asociación pública de fieles con derecho diocesano.

La Diócesis tuvo conocimiento de unas supuestas «irregularidades» en diciembre de 2012, y para comprobar su veracidad nombró a un visitador canónico.

La Iglesia se basó en el informe de este visitador canónico para apartar cautelarmente a Miguel Rosendo por su «conducta moral», y no fue hasta que estalló el escándalo cuando retiró su apoyo a esta organización y a su derivada, llamada Serviam, que se había establecido en Madrid.

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