Moneyval inspecciona el Vaticano, los mercaderes del Papa Francisco, el mega escándalo se enriquece, utopia e himno al comunismo.

El Papa Francisco ha tenido unas interesantes palabras, mucho más en este momento de mega escándalo, a los inspectores del grupo Moneyval, del comité del Consejo de Europa, que se encuentran en estos momentos en el Vaticano, es un trabajo que: «está particularmente cerca de mi corazón, realizado para proteger las ‘finanzas limpias’, en el que los ‘comerciantes’ no pueden especular en ese templo sagrado que es la humanidad». Están evaluando las medidas contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo en el Estado ciudad del Vaticano. Se trata de una visita pactada en 2019 y que se desarrolla en el ciclo de evaluaciones periódicas al que están sometidas todas las jurisdicciones pertenecientes a Moneyval, la sentencia se dará a conocer el próximo mes de abril.

¿Por qué es tan importante esta visita? El Vaticano, hablamos del Estado Ciudad del Vaticano como actor internacional civil y nunca como una confesión religiosa, necesita este reconocimiento para seguir utilizando el euro y ser alguien en el escenario internacional. El Vaticano no tiene moneda propia, nunca la ha tenido, y funcionaba con la lira con un acuerdo especial con Italia. La creación del mercado único y el nacimiento del Euro ha cambiado el escenario y el Vaticano no termina de ajustarse. El estado Vaticano es un país extracomunitario, tampoco es miembro de Naciones Unidas, que una cosa son los discursos globalistas y otra que se metan en la cuenta corriente. El discurso oficial intenta demostrar, cosa muy complicada, que en el territorio pontificio no se realiza ninguna actividad financiera o bancaria. En caso contrario, cosa que es perfectamente legítima, nadie se lo prohíbe, tendría que aplicar toda la normativa europea en materia económica, cosa que el Vaticano no esta dispuesto a realizar.

Se está creando una maraña legislativa en el Vaticano que pretende ir tapando agujeros y parecer sin hacer. Para los ojos externos es un conglomerado de ‘Motus proprios’ a los que falta el músculo de una legislación adecuada que los sustente reduciéndolos a papel mojado. Los códigos civil y penal siguen siendo los de tiempos de Mussolini y el reino de Italia. Los discursos de bellas palabras aquí no sirven mucho y los inspectores buscan hechos financieros y económicos y por ahora, solo encuentran lagunas. El Papa espera que las finanzas «no opriman a los más débiles y necesitados», subrayando la necesidad de «repensar nuestra relación con el dinero, porque en algunos casos parece que se ha aceptado el predominio del dinero sobre el hombre». Con esto no vamos muy lejos.

Llevamos unos días en que los grandes medios italianos nos están bombardeando con detalles escabrosos y documentados de las cloacas vaticanas. El caso de la última monja abusada por un sacerdote, los abusos de monaguillos de San Pedro, el escándalo del cardenal dimitido por el Papa Francisco, los sobornos australianos, los macarristas controladores, el thriller de su «dama»…

Escuchamos cosas como: «¡Inaceptable!», “Mira, tengo una sensación de profundo disgusto. Y me detengo en esta palabra porque lo que siento es mucho más «. «Pero el Vaticano es una entidad separada, que cree que está fuera de todas las reglas, le importa un comino la justicia. Todo lo que se nos oculta y que nos hacen creer es inaceptable. No solo del dinero, sino también de las pobres mujeres maltratadas», «El velo sobre este tabú nunca se levanta realmente. Decimos muy poco y en un susurro». Esto no puede seguir así, el Papa Francisco y su revolución, su limpieza, su trasparencia y demás discursos, si alguna vez fueron creíbles, hoy provocan hilaridad. Hoy más documentos que revelan muchas más increíbles ‘inversiones’ de los tiempos de Becciu, aceite, petróleo, sanidad, bancos suizos…

El Papa Francisco predica que no se invirtiera en derivados, y juzga estos instrumentos financieros inmorales y poco saludables y en la Secretaría de Estado, en cambio, invirtieron el dinero de los pobres en derivados que apostaban por la solvencia de Hertz, la empresa de alquiler estadounidense. Estos instrumentos, dijo, eran «una especie de bomba de tiempo». Todo esto se desvela en un articulo del Financial Times con los correos electrónicos de los dos funcionarios del Vaticano encargados de gestionar las inversiones. La secretaría se Estado es un organismo tan cercano al papa que cuesta creer que no supiera nada de nada. Los funcionarios son funcionarios y al final aparecerán las autorizaciones para estas operaciones, la cadena de mando es muy pequeña.

Ettore Gotti Tedeschi valora la última encíclica: «Tengo la impresión de que la Encíclica Fratelli Tutti no está inspirada en absoluto en el pensamiento de San Francisco de Asís, sino más bien en la novela «satírica» Utopía de Santo Tomás Moro. En Utopía se abolió la propiedad privada, los ciudadanos no tienen bienes ni dinero, usan los bienes en común cuando los necesitan y todos los bienes se comparten, el comercio no es necesario». «En Utopía se admiten todas las religiones, los sacerdotes se preocupan por la religión pero sobre todo por las cuestiones sociales, las mujeres también son admitidas al sacerdocio.» Para otros, la valoración es mucho peor y no tan divertida y piensan que Lenín y Mao son unos moderados y estamos ante un himno al comunismo.

El Papa Francisco quiere expulsar a los mercaderes del templo pero creemos que el problema no esta en los mercaderes, que a fin de cuentas hacen su trabajo, sino en que nadie les había explicado que estaban en el templo. Tan desacralizadas y mundanizadas están las instituciones del Vaticano que cuesta pensar que el mandato evangélico le afecta. Mercaderes ciertamente hay y no pocos, templo, lo que se dice templo, algo sagrado dedicado a Dios, cuesta mucho verlo.

«El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».

Buena lectura.

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