Lecturas CIV: Un libro muy importante y muy preocupante

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Gabriele Kuby: La Revolución Sexual Global. La destrucción de la libertad en nombre de la libertad. Didaskalos, Madrid, 2017, 499 pgs.

Trata un tema, importantísimo, para la Iglesia y la sociedad en el que nunca yo me había metido mucho aunque aceptara sin la menor reserva las tesis de la Iglesia sobre cuestiones tan candentes, por actuales, como la ideología de género. La homosexualidad, el matrimonio, el derecho de los padres a la educación de sus hijos, el aborto, las leyes impositivas y restrictivas al respecto, los diferentes lobbys que las imponen, su éxito, las reacciones… y hasta la cárcel que puede estar en el horizonte para quienes pretendan sostener la doctrina de la Iglesia que es la del mismo Cristo.

Apabullante, desmenuzante y muy inquietante. Sobre todo para quienes no teníamos conocimiento de todo y nos limitábamos a pensar, e incluso a decir, que eso era contrario a nuestra fe, nuestra moral y la sociedad que pretendíamos para vivir en ella con toda la felicidad posible nosotros y nuestros hijos. Incluso siendo benévolos con las ideas de otros aun sin compartirlas.

Nada de eso cabe esperarlo tras la lectura de este libro instructivísimo y muy preocupante. Lo ha escrito una alemana, procedente de la izquierda y el ateísmo y con meticulosidad germánica. Dice todo. Es un libro que todos deberían leer. La conversión la llevó a la militancia y hoy es un auténtico referente de la resistencia a la destrucción de todos los valores que configuraron la sociedad en defensa de la sociedad misma.

El libro comienza por tres prólogos. El de la edición española, escrito por el Obispo de Alcaá, monseñor Reig, el de la italiana, obra del fallecido cardenal Caffarra y el de la alemana que escribió Spaemann. Tres figuras más que notables que avalan la excelencia del libro. Pero hay que señalar que siendo los tres excelentes son de distinta extensión. El de la edición española, pgs. 15-24, ocupa bastante más espacio que los otros dos juntos, pgs. 25-26 y 27-29. Magnífico monseñor Reig una vez más.

El libro trata con multitud de datos, citas, encuestas, testimonios todo lo que hoy está en juego en este empeño permanente e intensísimo por destruir la antropología cristiana y con ella a la sociedad.

En él está todo lo que se refiere a ideología de género, homosexualidad y heterosexualidad, hombre, mujer, niño, familia, matrimonio, LGTB, aborto, divorcio, adopción, vientres de alquiler, igualdad, libertad, pornografía, libertad religiosa, derechos de los padres, leyes totalitarias y opresoras, invierno demográfico… Todo y más. Quien lo lea no será un especialista en todo ello pero habrá adquirido conocimientos amplísimos, hoy tan necesarios para no dejarnos engañar, y se habrá dado cuenta del gravísimo riesgo que corre nuestra sociedad. Ante la inconsciencia y el pasotismo de tantos

Libro además de extraordinaria valentía porque quienes esas tesis sostienen, y más si con tanto énfasis, corren riesgo propio. No sólo de descalificaciones o insultos sino también de agresiones, pérdida del trabajo, multas y hasta cárcel.

Lo más curioso es que todo ello proviene de un pequeño grupo empeñado en sostener a una reducidísima minoría frente al sentido común y la mayoría de la sociedad aunque ya buena parte de esta esté abducida por una propaganda que la adormeció en contra de sus verdaderos intereses y de sus creencias.

Es difícil de entender como la ONU y la Unión Europea, los más poderosos Estados del mundo occidental, políticos como Obama o Hilaria Clinton, multimillonarios como Soros o Rockefeller entierren millones y millones de dólares y euros no para proteger a una pequeña minoría sino para que esta imponga a la humanidad sus criterios destructores. Y para ello dictan leyes coactivas en nombre de una libertad que pisotean, presionan hasta extremos invasores la soberanía de otros Estados, imponen campañas abortivas no pocas veces incluso con engaños, reclaman el sometimiento de naciones pobres o débiles a sus mandatos en una pretensión de Gobierno Mundial que tiene no pocos aspectos dictatoriales.

Y hasta extremos que verdaderamente alarman.

Todo homosexual debe ser respetado como persona. Como todo heterosexual. Hasta pueden reconocérseles derechos civiles derivados de situaciones de hecho. Se puede entender que dos homosexuales que llevan juntos un número notable de años, auxiliándose en la convivencia, compartiendo vivienda y gastos, al fallecer uno el otro tenga un reconocimiento legal. Pero igual que lo podrían tener dos hermanos que vivían juntos o dos amigos o amigas sin que haya sexo entre ellos. Porque lo que debe considerarse es la convivencia y no que practiquen o no el sexo.

Además no todos los homosexuales constituyen un bloque uniforme. La mayoría de ellos no tienen la menor intención de casarse ni de tener hijos. Hay un secreto inaccesible. Se conocen todos los años las cifras de matrimonios y divorcios. Canónicos o civiles los primeros y cuáles han sido entre personas del mismo sexo. Escasísimos estos últimos. Y hasta el número de divorcios entre los católicos aunque bueno sería conocer el porcentaje de practicantes o de sólo nominales que nunca pisan una iglesia salvo el día de su boda o como acto social en otras bodas, funerales… Pero no hay forma de saber, o yo no he dado con ella, el número de divorcios y la duración “matrimonial” entre homosexuales. Pienso que debe ser muy elevada pero es sólo un pensamiento mío. No hay datos al menos que uno conozca. Y debería haberlos.

Las situaciones ultraminoritarias existen y deben considerase. Paro como tales. Ahora tenemos un lío en la Iglesia con los divorciados que quieren comulgar. Deben ser poquísimos. Y en algunos más que por prurito que por deseo de recibir el Cuerpo de Cristo. La enorme mayoría de ellos no es que no pisen una Iglesia tras su divorcio. Es que no la pisaban antes. Entre los escasísimos con sentimientos eclesiales no pocos han resuelto su problema vía nulidad o confesonario. Sin dar más cuartos al pregonero. Pues menudo problema tenemos hoy por lo mínimo entre lo mínimo. Algo así como levantar una catedral de Burgos para cuatro feligreses.

El libro de Kuby es tan ilustrativo, tan preocupante de lo que nos cabe esperar, tan reivindicativo de la moral de la Iglesia, tan actual… que creo que me quedaría corto si sólo os lo recomendara vivísimamente. Porque me parece de lectura obligatoria. Para saber donde estamos y lo que nos cabe esperar si seguimos sin enterarnos de nada.

Reig, Caffarra y Spaemann lo avalan. No son tres cualquiera. Desde mi insignificancia me uno a ellos. Tenemos que leer a Kuby. Luego ya la conciencia de cada uno le llevará a donde le lleve. Y hasta es posible que también los miedos. Que esta alemana desconoce. Porque es el libro de una heroína. Gracias Gabriele por él. Has puesto verdaderamente una pica en Flandes.

P.D.: Ilustro la entrada con la edición inglesa o norteamericana. No encontré la española seguramente porque acaba de aparecer. Casi mejor porque así queda constancia de que ya está en alemán, italiano, español e inglés. No ocurre con cualquier libro.

 

 

 

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