
A mí este cura me pasma siempre por dos cosas: su razón y su valentía. Curas razonables hay muchos, valientes, muchísimos menos. Lo entiendo, hasta lo disculpo. Las lentejas son las lentejas por muy aguadas y sin sustancia que estén la mayoría. Pero eso o nada.
De vez en cuando surgía un profeta en Israel. Pues aquí tenemos uno. Asombroso. Por lo que dice y por como lo dice. A ese cura el valor no se le supone. Lo tiene acreditadísimo. En su último artículo incluso se supera.
Decir que uno lo suscribe de quilla a perilla me parecería escaso por mi parte. Lo suscribo con admiración superlativa. Gracias Don José Luis por usted. Porque haya curas como usted. Dios se lo pagará y como Él paga. Con infinitas creces.
http://infocatolica.com/blog/nonmeavoluntas.php
Y lo de su última frase, todavía más genial
