Ayer, 5 de diciembre de 2025, tuvo lugar en la Sala de Prensa de la Santa Sede la presentación oficial del VI Concierto con los Pobres, que se celebrará esta tarde —6 de diciembre— a las 17:30 en el Aula Pablo VI. En la conferencia intervinieron Monseñor Marco Frisina, director del Coro de la Diócesis de Roma; el artista Michael Bublé; y la actriz y cantante Serena Autieri.
“La música al servicio de la fraternidad”: Frisina explica el espíritu del concierto
En su intervención, Monseñor Marco Frisina expresó la alegría de presentar una nueva edición de un evento nacido en 2015 “como una pequeña semilla” y que, año tras año, continúa creciendo. Subrayó que el objetivo del Concierto siempre ha sido convertir la música en un espacio donde los pobres “no sean simples destinatarios, sino verdaderos protagonistas”.
«Cada año descubrimos que la música, cuando se pone al servicio de la fraternidad, se convierte en un lugar de encuentro donde los pobres se vuelven verdaderos protagonistas, y no simples destinatarios de atención».
El director del coro diocesano destacó que el encuentro quiere mostrar que la belleza es un lenguaje capaz de hablar al corazón, incluso al herido, y de generar esperanza.
El Papa León XIV asistirá al concierto: una presencia inédita
Frisina anunció un hecho histórico: por primera vez un Papa asistirá públicamente a este concierto, y por primera vez el Papa León XIV participará en un evento musical de este tipo en el Aula Pablo VI. Describió esta presencia como un “signo pastoral fuerte”, que muestra la estima del Santo Padre por la belleza como vía de encuentro y de evangelización.
Un programa preparado como un “pequeño relato de Navidad”
El concierto, explicó Frisina, se abrirá con cantos antiguos, pastorales populares e himnos dedicados al nacimiento del Señor, para luego recorrer repertorio sinfónico y contemporáneo. Agradeció especialmente la participación de Serena Autieri, que acompañará al público durante la velada, y del cantante Michael Bublé, quien aceptó la invitación “con sincera emoción” y ha preparado un programa específico para esta ocasión.
Según Frisina, la disponibilidad del artista a cantar “para y con los pobres” es “un don precioso” que muestra cómo la música puede unir mundos muy distintos.
Más de 3.000 personas necesitadas, invitadas como huéspedes de honor
El valor central del Concierto —destacó Frisina— son las personas. Más de 3.000 hermanos y hermanas en situación de pobreza han sido invitados como huéspedes de honor, recordando que la proximidad “no es un concepto abstracto, sino un rostro, un encuentro, una mano tendida”.
Al final del concierto recibirán una cena caliente, signo concreto de cercanía que completa el mensaje transmitido por la música.
Un evento también comprometido con la sostenibilidad
En un contexto de crisis ambiental y social —como no puede faltar en ningún evento del Vaticano—, Frisina explicó que el evento busca ser coherente con el cuidado de la casa común. Gracias a la colaboración con AzzeroCO₂, se han implementado medidas de sostenibilidad: medición de emisiones, compensación certificada, plantación de árboles y protección de ejemplares monumentales. Incluso se ofrecerá un ciprés simbólico vinculado a San Francisco, como gesto de esperanza.
Agradecimientos y dimensión pastoral del proyecto
Frisina expresó un profundo agradecimiento a la Fundación Nova Opera, al socio principal WeScience – Intelligence in life, a los patrocinadores, al Coro de la Diócesis de Roma, a la Nova Opera Orchestra, a voluntarios, asociaciones y entidades caritativas. También agradeció el apoyo del Cardenal Baldo Reina, Vicario del Papa para la diócesis de Roma, y del Dicasterio para el Servicio de la Caridad.
Recordó que todo lo realizado “es un acto de fe”: la convicción de que la belleza puede sanar heridas, que la fraternidad puede vencer la soledad, y que la música puede convertirse en oración compartida.
“Nadie es demasiado pobre para dar, ni demasiado rico para no necesitar a otros”
En el marco del Año Jubilar de la Esperanza, Frisina concluyó deseando que este Concierto sea una puerta abierta hacia una verdad fundamental:
“Nadie es demasiado pobre para dar, y nadie es demasiado rico para no necesitar de los demás”.
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