Desde mayo de 2020, las iglesias católicas en Estados Unidos han sido objeto de al menos 521 ataques, según el seguimiento realizado por CatholicVote. El inicio de esta ola de violencia coincidió con la agitación social tras la muerte de George Floyd, cuando disturbios y saqueos afectaron a ciudades enteras. Sin embargo, mientras aquellas protestas se extinguieron, las agresiones a templos católicos no han hecho sino multiplicarse.
Los actos vandálicos incluyen incendios, pintadas con mensajes satánicos o pro-aborto, destrucción de estatuas, lanzamiento de objetos contra vidrieras, irrupciones ilegales durante la Misa e incluso atentados armados. En la mayoría de los casos no se trata de robos: el objetivo principal ha sido dañar, profanar e intimidar.
El impacto tras la sentencia de Roe v. Wade
Un punto de inflexión se produjo en mayo de 2022, cuando se filtró el borrador de la sentencia del Tribunal Supremo que acabaría derogando Roe v. Wade. Desde entonces, se contabilizan al menos 355 ataques adicionales, muchos de ellos acompañados de grafitis con mensajes abiertamente pro-aborto.
- 2020 (desde mayo): 60 ataques
- 2021: 83 ataques
- 2022: 143 ataques
- 2023: 108 ataques
- 2024: 86 ataques
- 2025: 41 ataques (hasta la fecha)
La escalada no se limita a daños materiales: en agosto de 2025, un joven que se identificaba como transgénero perpetró un tiroteo masivo en la parroquia de la Anunciación en Minneapolis durante una Misa escolar, dejando tras de sí un manifiesto de odio contra la Iglesia católica. También se han registrado apuñalamientos, disparos contra templos, coches estrellados contra edificios sagrados y múltiples amenazas de bomba y de muerte.
Estados más afectados y epicentros de violencia
Los ataques se han extendido a 43 estados y el Distrito de Columbia. Los más golpeados son California (69), Nueva York (60), Pensilvania (36), Texas (26), Florida (23), Nueva Jersey (20) y Ohio (18).
Entre las ciudades más afectadas destacan Nueva York (47 ataques), Los Ángeles (27), Filadelfia (17), Denver (15), Portland (15), San Francisco (14), Boston (12) y Washington D.C. (11). Muchas iglesias han sufrido agresiones reiteradas.
Falta de respuesta del gobierno
A pesar de que la ley federal obliga al Departamento de Justicia a investigar y procesar los ataques a lugares de culto, solo en el 30% de los casos se ha producido alguna detención. Desde 2021, CatholicVote ha dirigido cartas al fiscal general Merrick Garland y a altos cargos del Departamento de Justicia reclamando medidas concretas, sin resultados visibles.
Brian Burch, presidente de CatholicVote, advirtió que el nivel de violencia actual recuerda a la persecución sufrida por la Iglesia en EE.UU. a finales del siglo XIX, protagonizada por organizaciones anticatólicas como los Know-Nothings y el Ku Klux Klan. El Departamento de Seguridad Nacional, por su parte, llegó a reconocer en 2022 la existencia de “amenazas creíbles” contra iglesias y clero católico tras la sentencia sobre el aborto, pero sin que esto se tradujera en protección real.
Un clima hostil contra la Iglesia
La continuidad de estos ataques y la falta de acciones federales refuerzan la percepción de que existe un clima de hostilidad social y política contra la Iglesia católica en Estados Unidos. Los datos recopilados muestran que, cinco años después del inicio de esta ola de violencia, el fenómeno no ha remitido y sigue poniendo en riesgo la seguridad de los fieles y de sus templos.