Hay personajes que tienen la extraña habilidad de insultar primero y hacerse los ofendidos después.
El profesor de Comillas Pedro Castelao es uno de ellos. Primero escribe en X que
“la mala teología hace absurda y ridícula la fe”, ridiculizando a quienes rezan —concretamente,
a quienes piden lluvia o el fin de los incendios—, y después, cuando se le exige responsabilidad,
corre a refugiarse en Religión Digital con lágrimas de cocodrilo y el comodín de siempre:
“me calumnian”.
El insulto está escrito: no hay escapatoria
Por mucho que ahora intente disfrazarlo de debate teológico, lo que Castelao escribió es cristalino:
considera absurdo y ridículo que un cristiano rece para que llueva. Esa es la fe del pueblo de Dios de toda la vida,
la que llevó a organizar rogativas en épocas de sequía, la que mueve a las familias del campo a elevar súplicas sencillas a Dios.
Para Castelao, eso es una muestra de “mala teología”. ¿Hace falta mayor desprecio?
Y lo peor: lo hace como profesor de teología en una universidad pontificia, cobrando un sueldo para enseñar a futuros sacerdotes y laicos.
En lugar de transmitir la fe, la ridiculiza públicamente ante miles de personas.
Luego se queja de que se le pida lo obvio: que no siga enseñando teología quien no cree en lo que enseña.
Religión Digital al rescate: los mismos de siempre
Como no podía ser de otro modo, Religión Digital corre a socorrerle. Los mismos que llevan años insultando a católicos fieles a la tradición,
los mismos que en su momento se burlaron de santa Teresa de Calcuta y ahora pretenden erigirse en guardianes de la “comunión eclesial”.
Nos llaman inquisidores, nos acusan de “difamar” y nos tachan de “enemigos del diálogo”.
Pero el problema es evidente: no hay diálogo posible cuando un profesor pontificio considera ridículo rezar.
Si la oración cristiana se convierte en materia de sarcasmo para los teólogos de Comillas, ¿qué queda de la fe?
Una cuestión de coherencia
Castelao se envuelve en grandes palabras —“diálogo”, “crítica”, “innovación teológica”—, pero lo que hace es sencillo:
negar la eficacia de la oración e insinuar que la fe popular es infantil y absurda.
Eso no es innovar, es repetir los viejos tópicos del progresismo que lleva medio siglo vaciando iglesias.
El propio Castelao admite que lo que rechaza es la concepción de que Dios pueda actuar en el mundo.
Es decir: un teólogo que parte de la premisa de un Dios inoperante.
Entonces, ¿qué fe enseña? ¿Qué Evangelio predica? ¿Qué esperanza ofrece?
Pedimos, de nuevo, que se le retire la licencia
Aquí no hay calumnia posible. Basta leer sus propias palabras. Si para Castelao rezar por la lluvia es absurdo y ridículo,
no puede seguir siendo profesor de teología. No se trata de censura, se trata de coherencia:
la teología católica no puede ser impartida por alguien que públicamente ridiculiza la oración cristiana.
Por eso reiteramos la petición: retirada inmediata de su licencia para enseñar teología.
Que siga escribiendo en Religión Digital, que siga posando de víctima de la “ultraderecha inquisitorial”,
pero no con el sello de una universidad pontificia ni formando a quienes mañana serán sacerdotes.
Porque la fe del pueblo sencillo merece respeto, no sarcasmo.
Y la Iglesia no puede permitirse que quienes consideran la oración absurda y ridícula sigan hablando en su nombre.