La diócesis de Beauvais acoge una histórica novena en honor a la madre de la Santísima Virgen, mientras el santuario bretón conmemorará los 400 años de sus apariciones junto al Cardenal Robert Sarah, enviado por el Papa León XIV, quien presidirá las celebraciones del 25 y 26 de julio.
Mientras el santuario de Sainte-Anne-d’Auray se prepara para celebrar el cuarto centenario de las apariciones de santa Ana al campesino Yvon Nicolazic, la diócesis de Beauvais, al norte de Francia, organiza una de las expresiones más singulares de devoción a la abuela del Señor: una novena en su honor, del 18 al 26 de julio, fecha en la que la Iglesia celebra su memoria litúrgica.
Durante estos nueve días, los fieles se reunirán para participar en la Santa Misa, rezar el Rosario y adorar al Santísimo Sacramento, en una muestra de fe profundamente enraizada en la tradición católica francesa.
Reliquias traídas de Tierra Santa
El momento cumbre de esta novena será la solemne procesión con la reliquia de santa Ana (parte superior de su cráneo), los días 20 y 26 de julio. Según la tradición, esta reliquia fue traída desde Tierra Santa por san Lázaro, santa Marta y santa María Magdalena, y confiada a san Auspicio, primer obispo de Apt. En 1396, una porción fue entregada a la abadía de Ourscamp; y desde 1807 se venera en la iglesia de Chiry-Ourscamp.
El Papa León XIV envía al Cardenal Sarah como su representante
Con ocasión de este jubileo, el Papa León XIV ha designado oficialmente al Cardenal Robert Sarah como su representante extraordinario para las celebraciones del 25 y 26 de julio. En una carta enviada al purpurado africano, el Santo Padre recuerda la gracia que supuso la aparición de santa Ana a Nicolazic como un “don para reavivar la fe del pueblo bretón”. También rememora la visita de san Juan Pablo II al santuario en 1996, como un signo de cercanía con las familias.
El Papa encomienda al Cardenal Sarah la misión de presidir las celebraciones en su nombre y exhortar espiritualmente a los fieles. “Animarás a todos los participantes para que, con renovado vigor, mantengan viva la esperanza de obtener las promesas de Dios”, escribe el Pontífice. También le pide transmitir su bendición a obispos, sacerdotes, religiosos, autoridades civiles y fieles laicos presentes en la celebración.
La carta, fechada el 25 de junio de este Año Santo 2025, es uno de los primeros documentos firmados por León XIV desde el inicio de su pontificado, y manifiesta claramente la importancia que el nuevo Papa otorga a la tradición, la devoción popular y la transmisión de la fe.
Santa Ana, pilar de la espiritualidad popular
Santa Ana ha sido durante siglos una figura central en la piedad de pueblos y regiones enteras, desde Bretaña hasta Canadá. Como madre de la Virgen y abuela de Jesús, su figura representa la ternura de la tradición recibida, la fortaleza femenina y la fe silenciosa que sostiene a la Iglesia desde sus raíces.
En un momento en que Europa atraviesa una profunda crisis cultural y espiritual, el retorno a figuras como santa Ana —y a lugares de gracia como Auray— es una llamada providencial a recuperar el sentido de lo sagrado, del hogar cristiano y de la herencia que da vida a la fe.
