La organización estadounidense CORPUS, que abogó durante cinco décadas por la ordenación de hombres casados y otras reformas contrarias a la doctrina católica, anunció su cierre definitivo.
Según informa el medio estadounidense LifeSiteNews, la asociación “Corps of Reserved Priests United for Service” (CORPUS), fundada en 1974 por antiguos sacerdotes secularizados, cesó sus actividades debido a la avanzada edad de sus miembros y la falta de renovación generacional.
El anuncio del cierre fue recogido por el National Catholic Reporter el pasado 6 de julio, indicando que la decisión se tomó en diciembre de 2024. En su comunicado, CORPUS lamentó que sus principales aspiraciones —entre ellas, la aceptación del matrimonio para sacerdotes y el uso de anticonceptivos por parte de los fieles— no se hayan materializado, a pesar de los cambios introducidos tras el Concilio Vaticano II.
Una trayectoria marcada por posturas contrarias al magisterio
Desde sus inicios, CORPUS se presentó como una plataforma para antiguos sacerdotes que, habiendo abandonado el ministerio para casarse, deseaban continuar ejerciendo alguna forma de servicio pastoral. En su página web, la organización afirmaba que “enamorarse no implicaba dejar de amar el ministerio sacerdotal”, y criticaba que la Iglesia no permitiera a sacerdotes casados ejercer funciones parroquiales.
A lo largo de su historia, CORPUS sostuvo posiciones abiertamente contrarias al magisterio de la Iglesia católica, como la defensa de la ordenación de mujeres y la promoción de enlaces a portales como Womensordination.org. También apoyó el uso de métodos anticonceptivos, contradiciendo lo establecido en la encíclica Humanae Vitae (1968) de san Pablo VI, así como la reafirmación del celibato sacerdotal expresada en Sacerdotalis Caelibatus (1967).
La asociación formaba parte de la International Church Reform Network (ICRN), una red de movimientos que promueven reformas eclesiales que no cuentan con reconocimiento de la Santa Sede.
La enseñanza de la Iglesia sobre el celibato
Aunque las Iglesias católicas orientales sí permiten la ordenación de hombres casados, la tradición latina mantiene el celibato sacerdotal como norma general, con algunas excepciones —como es el caso de los clérigos del Ordinariato Personal para antiguos anglicanos.
En 2007, el Papa Benedicto XVI reafirmó esta enseñanza en su exhortación apostólica Sacramentum Caritatis, subrayando la belleza y el valor del celibato como signo de dedicación exclusiva a Cristo y a la Iglesia.
Más recientemente, el Papa León XIV reiteró ante obispos y seminaristas la importancia de una Iglesia “santa y casta”, confirmando así la continuidad de esta disciplina eclesiástica en el rito latino.
Un debate aún abierto
El debate sobre el celibato sacerdotal ha resurgido con fuerza en los últimos años, especialmente en el contexto del Sínodo de la Amazonía, donde se propuso —aunque sin éxito— la posibilidad de ordenar hombres casados en regiones con escasez de vocaciones.
Algunas voces del episcopado alemán, como el cardenal Reinhard Marx, también han abogado por esta posibilidad y por la ordenación de mujeres, posiciones que han sido reiteradamente descartadas por el magisterio.
El cierre de CORPUS refleja no solo el declive de ciertas corrientes progresistas dentro del ámbito eclesial, sino también la permanencia de una enseñanza que, a pesar de los desafíos contemporáneos, continúa siendo reafirmada por el pontífice y el conjunto del episcopado fiel al magisterio.
