“Pro custodia creationis”: Misa para salvar al planeta

Personas sosteniendo plantas jóvenes simbolizando la Misa para salvar al planeta

El Vaticano ha convocado una rueda de prensa para presentar un nuevo formulario litúrgico: la Missa pro custodia creationis. No es broma. El próximo jueves 3 de julio, a las 10:00 de la mañana, el cardenal Michael Czerny y monseñor Vittorio Viola nos ilustrarán, desde la Sala Stampa, sobre esta flamante incorporación al Misal Romano. Porque si algo necesita la Iglesia hoy, claramente, es una nueva Misa por el medio ambiente.

El nuevo formulario se añade a las Missae pro variis necessitatibus vel ad diversa, ese cajón de sastre donde cabe todo lo que los liturgistas de guardia consideren necesario. Ahora, junto a las Misas por el buen tiempo o por los gobernantes, tendremos una especialmente dedicada a la Creación. No a su Creador, claro, sino a la Creación a secas. Que no falte el incienso para los bosques tropicales ni una colecta por la biodiversidad.

Czerny y la teología verde

Encabezará la presentación el cardenal Michael Czerny, S.I., cuya carrera eclesiástica parece diseñada para confirmar todos los temores de quienes ven en la teología de la liberación una mutación del Evangelio en ONG. Czerny, prefetto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (una fórmula que ya dice bastante), lleva tiempo convencido de que el cristianismo se predica mejor hablando de emisiones de carbono que de pecado original.

A su lado estará monseñor Vittorio Francesco Viola, secretario del Dicasterio para el Culto Divino. El hombre encargado de velar por la sacralidad del culto se unirá a la fiesta ecológica, quizá para asegurarse de que en esta Misa se utilicen cálices compostables, se omita el incienso por su potencial tóxico, y se sustituyan los ornamentos por tejidos reciclados. Todo sea por la sostenibilidad litúrgica.

Participación activa, que no falte

La conferencia, que podrá seguirse en streaming por el canal de YouTube de Vatican News, contará con traducción simultánea al italiano y al inglés. Desde luego, no vaya a ser que el clamor cósmico del Amazonas no llegue a todos los rincones. Y si algún periodista quiere participar activamente —término tan querido por los reformadores de la Misa—, puede hacerlo a distancia, siempre que se acredite a tiempo.

¿Preguntas? Por supuesto. Porque la participación activa también incluye preguntar por qué se lanza esta Misa justo ahora, cuando el sentido de lo sagrado se desintegra, las iglesias se vacían y los abusos litúrgicos se multiplican como placas solares subvencionadas. ¿Realmente lo urgente es liturgizar el ecologismo?

Una misa más. ¿Para qué?

El Misal Romano se enriquece —dicen— con esta nueva Misa. En realidad, se empobrece un poco más. Porque donde antes la Iglesia ofrecía el Santo Sacrificio por la salvación de las almas, ahora ofrece plegarias por la custodia de la creación. Nos hemos acostumbrado a que se añadan Misas temáticas como quien añade filtros a Instagram: un poco de sinodalidad por aquí, un toque de fraternidad universal por allá, y ahora, un ramillete de pachamismo bien intencionado.

Eso sí: no se permitirá la celebración de esta Misa según el Vetus Ordo. Por supuesto. La tierra no necesita más incienso del de 1962, ni gregoriano que pueda alterar el equilibrio acústico de los ecosistemas. Es el planeta el que está en el centro, no el altar.