Burch, en el Senado, sobre el Vaticano y China

Burch, en el Senado, sobre el Vaticano y China

El Senado de los Estados Unidos interrogó esta semana a Brian Burch, el nominado por Donald Trump para representar al país ante la Santa Sede. La audiencia, celebrada el pasado 8 de abril, abordó temas de alto voltaje: desde la relación entre el Vaticano y el Partido Comunista Chino hasta los recortes en ayuda exterior promovidos por la administración republicana.

Burch, conocido por presidir CatholicVote, un influyente medio católico con fuerte respaldo a Trump, ha sido descrito como un “campeón de los vulnerables y los no nacidos”. Su nominación es vista por muchos como un reconocimiento por el apoyo decisivo de su organización en la reelección del expresidente en 2024.

Uno de los momentos clave de la comparecencia lo protagonizó el senador Pete Ricketts (R-Nebraska), quien preguntó a Burch por el acuerdo secreto entre el Vaticano y China firmado en 2018 y renovado por el Papa Francisco en 2024. Dicho pacto permite al régimen comunista intervenir en el nombramiento de obispos católicos en suelo chino, algo que, según Ricketts, ha agravado la persecución de los católicos fieles a Roma.

Burch fue claro: “El liderazgo de la Iglesia no debería depender de ningún gobierno, ni de China ni de ningún otro. Creo que la Santa Sede debe mantener una actitud de firmeza ante el régimen chino en lo que respecta a los derechos humanos y la libertad religiosa”.

También subrayó la importancia estratégica del vínculo diplomático entre el Vaticano y Taiwán —el único Estado europeo con relaciones oficiales con la isla—, sugiriendo que esta alianza puede disuadir a Pekín de sus ambiciones expansionistas.

El senador Jim Risch (R-Idaho), presidente del comité, quiso saber cómo podría la Iglesia prestar más atención a la persecución de cristianos en el mundo. Burch respondió que espera colaborar estrechamente con el Vaticano en esa causa, destacando especialmente los casos más graves en Oriente Medio, Nicaragua y África.

La senadora demócrata Jeanne Shaheen (D-New Hampshire), en cambio, criticó los recortes en ayuda exterior aplicados por Trump y el secretario de Estado Marco Rubio. Burch defendió la reorientación de fondos hacia países “alineados con los intereses de Estados Unidos” y puso como ejemplo extremo el uso de dinero público en experimentos “transgénero con ratones”.

Añadió que varios programas de ayuda gestionados por organizaciones católicas han sido ya renovados o están en revisión, y que seguirá trabajando para garantizar que los recursos se utilicen de forma coherente con los valores estadounidenses.

La audiencia también evocó la histórica relación entre Ronald Reagan y San Juan Pablo II, mediada por el embajador estadounidense ante la Santa Sede. Según Ricketts, aquel vínculo fue “clave para la caída de la Unión Soviética”. Y aunque el enemigo ahora tenga otros nombres —Pekín, género, totalitarismo cultural—, la alianza entre Washington y Roma sigue siendo, según sus palabras, “tan vital como entonces”.

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