Este martes ha salido a la venta en Italia (durante esta semana irá saliendo en el resto de países) la autobiografía del Papa Francisco. El libro lleva por título «Esperanza».
Varios medios italianos y alemanes han publicado algunos extractos de la autobiografía de Jorge Mario Bergoglio y que ha vuelto a dejar llamativos titulares a la par que polémicos.
Según reporta el medio alemán Katholisch.de, el Pontífice ha vuelto a atizar a los llamados tradicionalistas y ha justificado el motu propio Traditionis custodes afirmando que no sería beneficioso que la liturgia se convierta en una cuestión de ideología.
Ataques al tradicionalismo
«Es realmente extraña esta fascinación por lo incomprensible, por el sonido misterioso, que a menudo despierta el interés de las generaciones más jóvenes«, dice el Papa en el libro. Además, no duda en afirmar que «esta actitud rígida suele ir acompañada de prendas preciosas y caras, con bordados, encajes y estolas«. Francisco critica que esto son muestras de clericalismo y que no es un retorno a lo sagrado sino «más bien una modernidad sectaria«.
Francisco parece que se ha quedado a gusto en su autobiografía «Esperanza» al asegurar que «a veces estas vestimentas esconden graves desequilibrios, trastornos afectivos, problemas de conducta o un malestar personal que puede ser aprovechado». Francisco cuenta en el libro que se ha enfrentado a cuatro casos así bajo su mandato y que siempre fue por culpa de diócesis que aceptaron candidatos al sacerdocio que ya habían sido rechazados por otros seminarios. “Por lo general, hay algo malo en estos candidatos, algo que los lleva a ocultar su personalidad detrás de conceptos rígidos y sectarios”, advierte el Papa.
Siguiendo con sus zarpados al sector tradicionalista, el Papa también dice en su autobiografía que es una «hipocresía» la resistencia dentro de la Iglesia a abrir los sacramentos a los divorciados vueltos a casar y bendecir a las parejas homosexuales. «El tradicionalismo, la insistencia en el ‘atraso’ que surge cada siglo, es un fenómeno sociológicamente interesante, ya que siempre se refiere a una época supuestamente perfecta, que cada vez es diferente.
Francisco reconoce, ahora, haber negado una vez la absolución
Por otro lado, el Papa ha contradicho una afirmación que siempre que podía proclamaba a los cuatro vientos: «nunca he negado la absolución a nadie». Ahora el Pontífice parece retractarse de eso en su nuevo libro y reconoce que negó una vez la absolución de un hombre que violó a su criada en Argentina ya que no mostró síntomas de arrepentimiento.
Las ‘renuncias’ tras ser elegido Papa
El Santo Padre cuenta en el libro como fue el proceso al llegar al Vaticano. Al ver las habitaciones del Palacio Apostólico renunció a vivir allí porque necesitaba «compartir mi vida con los demás». Por eso, eligió un pequeño apartamento en Santa Marta.
Francisco también revela que rechazó llevar los zapatos rojos y puso de excusa que tiene que usar zapatos ortopédicos al tener los pies planos. El Papa, antes de salir al balcón de San Pedro cuando fue elegido sucesor de Benedicto XVI, rechazó ponerse la mozetta, la estola de lino y no quiso ponerse pantalones blancos porque «no soy un vendedor de helados», señala en su libro Bergoglio.
Transexuales y homosexualidad
En otra parte del libro, el Papa habla sobre sus habituales encuentros con transexuales en el Vaticano. Al parecer, Francisco les habría dado su consentimiento y aprobación para que reciban el bautismo «del mismo modo que los demás creyentes» y también para que sean padrinos o madrinas porque «ninguna ley del derecho canónico lo prohíbe».
El Papa también opina sobre la homosexualidad y critica la discriminación que padecen algunos de ellos en determinados países. Para el Santo Padre, «la homosexualidad no es un delito, sino una realidad del ser humano»