El municipio segoviano de Los Huertos se encuentra en el centro de una polémica con el Obispado de Segovia por la propiedad de la ermita de la Virgen de las Vegas, un edificio histórico cuya titularidad enfrenta a ambas partes.
Los vecinos de Los Huertos acusan al Obispado de llevar a cabo un «acoso sistemático» para apropiarse de la ermita, que el Ayuntamiento registró a su nombre en 2008. Sin embargo, en 2011, el Obispado procedió a inmatricular el edificio, generando una duplicidad de titularidad. Este hecho provocó el inicio de conversaciones entre el consistorio y el vicario general de la diócesis para resolver la situación, aunque las negociaciones se interrumpieron el pasado 1 de noviembre.
La tensión aumentó recientemente, cuando durante la misa de Todos los Santos, el párroco anunció la suspensión de los actos litúrgicos en la ermita y solicitó la entrega de las llaves del edificio. Este gesto ha sido interpretado por los vecinos como una estrategia de presión, mientras que el Obispado sostiene que el diálogo es complicado debido a lo que califican como la difusión de «falsas verdades».
El vicario general, Ángel Galindo, ha señalado que, pese a las dificultades, se mantiene la voluntad de diálogo. Por su parte, los vecinos aseguran que desean alcanzar una solución pacífica, pero no descartan emprender acciones legales para defender lo que consideran un patrimonio histórico y cultural clave para su comunidad.
El vicario general de la diócesis de Segovia niega, como dijo la alcaldesa socialista, que el párroco leyera en misa un decreto sobre la suspensión del culto en la ermita. Según Galindo, ese escrito establece que la ermita no podrá acoger ningún acto de los comprendidos en la liturgia de la Iglesia «durante el tiempo que se mantenga la imposibilidad de ejercer la autoridad eclesiástica y el culto divino en las condiciones establecidas por el Derecho Canónico».
Además, en representación de la diócesis de Segovia, el vicario general ha dejado claro que «no consta en este Obispado la existencia real de una cofradía, por tanto, las llamadas “mayordomas” carecen de autoridad para organizar el culto» y ha lamentado que «un ayuntamiento quiera organizar el culto religioso, bien directamente, o a través de otras instituciones ajenas a la parroquia».
La ermita, una construcción del siglo XII, ha sido mantenida durante generaciones por los habitantes de Los Huertos, quienes reivindican su conexión con el edificio como parte fundamental de su identidad local. De momento, no se han alcanzado acuerdos concretos, y el conflicto sigue latente, con posiciones enfrentadas que amenazan con judicializar la situación.