Con motivo de la celebración de la festividad de Santa Teresa de Jesús, el obispo de Ávila, Jesús Rico, ha dirigido una carta a los fieles en la que subraya la centralidad de la vida de la santa en torno a la figura de Cristo y su ejemplo como modelo de vida cristiana.
Rico enfatiza que para Santa Teresa, Cristo era el centro de su vida y que su gran pasión fue vivir con Él y darlo a conocer como único Señor y Redentor. Recordando las palabras del Papa durante el Año Jubilar Teresiano de hace diez años, el obispo llama a los fieles a vivir una fe firme y duradera en medio de una sociedad que promueve lo efímero y lo provisional.
El obispo alerta en su misiva sobre la fragilidad de la fe en el contexto actual, en el que ser cristiano no está necesariamente vinculado a la nacionalidad española, sino a una opción libre y personal que, en determinados entornos, puede resultar extraña. «Si la experiencia de fe no es fuerte, el cristiano se debilita», afirma Rico, haciendo un llamamiento a los fieles para que refuercen su testimonio cristiano y vivan su fe sin vergüenza o temor.
El obispo operario también destacó el papel de Santa Teresa como ejemplo de «seguimiento del Señor», acompañando a los fieles en las dificultades del día a día. Rico recordó las palabras de la santa: «En tiempos recios, amigos fuertes de Dios», instando a los creyentes a no conformarse con una vida mediocre, sino a cultivar una profunda amistad con Cristo. Asimismo, subrayó la importancia de tomar conciencia del don recibido en el bautismo y la confirmación, lo que impulsa a los cristianos a llevar el amor de Cristo a los demás.
Jesús Rico resalta uno de los rasgos más característicos de Santa Teresa: la confianza total en Dios. «No se echaba atrás ante nada cuando se trataba de seguir la voluntad del Señor», aseguró el obispo, quien explicó que la confianza de la santa en Dios era la fuente de su perseverancia y firmeza en sus convicciones. Asimismo, Rico destacó la necesidad de una confianza igualmente fuerte en la actualidad, especialmente en tiempos de incertidumbre.
El obispo también subrayó el profundo amor de Santa Teresa por la Iglesia, recordando los momentos difíciles que la santa vivió, como el acoso de la Inquisición y la quema de sus libros. A pesar de ello, Teresa mantuvo su fidelidad a la Iglesia hasta el final de su vida, falleciendo en Alba de Tormes con las palabras «Por fin muero, hija de la Iglesia». Para Rico, la santa es un ejemplo claro de que el amor a Cristo y a la Iglesia están profundamente unidos, e insta a los fieles a trabajar dentro de la Iglesia para su renovación y crecimiento.
Finalmente, el obispo destacó la importancia de vivir con esperanza en tiempos difíciles, recordando las palabras del Papa Benedicto XVI en su encíclica Spes salvi: «El elemento distintivo de los cristianos es el hecho de que ellos tienen futuro». Para Jesús Rico, recuperar la esperanza es esencial para los cristianos, y esto solo es posible a través de una espiritualidad profunda que permita ver el mundo con los ojos de Dios.
El obispo concluye su carta animando a los fieles a dar gracias por la vida y obra de Santa Teresa de Jesús, y a seguir su ejemplo de amor y entrega: «No está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho», citando las propias palabras de la santa.