A pocas semanas de la festividad de la Virgen de la Almudena, las tensiones dentro de la Real Esclavitud siguen aumentando.
Según fuentes internas, el capellán Jesús Junquera Prats ha decidido retener los estandartes de la congregación, argumentando que la cofradía carece de un representante oficial.
Por este motivo, el pasado día 28 de septiembre, la Real Esclavitud, no pudo recibir el paso de Santa María del Dulce Nombre, de la Congregación de Jesús “El Pobre”, congregación hermanada con la Real Esclavitud.
Además, las disputas internas persisten tras las elecciones de abril, en las que Mariano Jiménez fue elegido presidente, pero cuya candidatura no ha sido aceptada por el cabildo debido a las influencias del capellán. Estas tensiones han provocado un clima de incertidumbre y alejamiento entre los fieles, quienes cada vez asisten menos a los actos religiosos de la cofradía.
El cardenal de Madrid, José Cobo, ha optado por no intervenir, calificando el conflicto como un problema interno de la congregación, lo que ha generado críticas entre los esclavos. Mientras tanto, se acerca la celebración de la festividad de la Almudena, y aún no se ha definido el futuro de los actos litúrgicos, lo que genera preocupación por el rumbo de la cofradía más antigua de Madrid.
Fuentes de la Real Esclavitud advierten que, de no resolverse el conflicto, la congregación podría enfrentarse a un futuro incierto, con el riesgo de ser refundada para el beneficio de unos pocos en lugar de servir a los fieles que la han mantenido viva durante generaciones.