El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, ha emitido un comunicado dirigido a la Diócesis del Patriarcado Latino de Jerusalén, en el que expresa su profunda preocupación por la escalada de violencia que ha azotado Tierra Santa en el último año.
El cardenal lamenta el impacto devastador que los recientes episodios de odio y violencia han tenido en la región, describiéndolos como un «torbellino» sin precedentes en la historia reciente.
En su mensaje, Pizzaballa subraya que la violencia no solo ha cobrado miles de vidas inocentes, sino que también ha permeado en el lenguaje y las acciones políticas y sociales, erosionando el sentido de pertenencia a una tierra que debería estar destinada a la paz y la justicia. El patriarca destaca que Tierra Santa, lejos de ser un símbolo de odio, es parte de un designio de la Providencia que llama a sus habitantes a construir un reino de paz y justicia.
El cardenal reitera su condena a la guerra sin sentido que afecta a la región, haciendo un llamamiento a las autoridades y responsables de las decisiones políticas para que asuman su responsabilidad y trabajen en la búsqueda de una solución justa y digna para todos. «No podemos sino pedir una vez más a quienes tienen autoridad… un compromiso con la justicia y con el respeto del derecho de toda persona a la libertad, a la dignidad y a la paz», señala Pizzaballa.
Asimismo, el patriarca recuerda que todos tenemos el deber de comprometernos por la paz, comenzando por erradicar el odio de nuestros corazones y fomentando el deseo de bien común. En este sentido, exhorta a la comunidad a apoyar a los más necesitados y a promover acciones concretas de reconciliación y encuentro, además de aliviar el sufrimiento causado por la guerra.
Conscientes de que la paz también requiere de una dimensión espiritual, el cardenal Pizzaballa invita a una jornada de oración, ayuno y penitencia el próximo 7 de octubre, coincidiendo con la festividad de María Reina del Rosario. El mes de octubre, conocido tradicionalmente como el mes mariano, ofrece, según el patriarca, una oportunidad propicia para reflexionar y orar por la paz en la región.
El cardenal anima a que cada persona, de manera individual o en comunidad, dedique un tiempo a orar por la paz y la reconciliación, llevando a Dios «nuestro dolor y nuestro deseo de paz». Asimismo, ha adjuntado una propuesta de oración para aquellos que deseen utilizarla durante la jornada del 7 de octubre.
Concluye su mensaje invocando la intercesión de María Reina del Rosario por la paz en Tierra Santa y el bienestar de sus habitantes.