Las autoridades judiciales del Vaticano y la Fiscalía de Perugia han iniciado una colaboración formal en la investigación sobre los presuntos accesos no autorizados relacionados con la compra del polémico edificio en Sloane Avenue, Londres.
El encuentro entre el fiscal Raffaele Cantone y el promotor de Justicia del Vaticano, Alessandro Diddi, junto con el comandante de la Gendarmería vaticana, Gianluca Gauzzi, marca un nuevo paso en la coordinación entre ambas instituciones.
Este movimiento se produce tras la apertura de un expediente por parte del promotor de Justicia vaticano, **centrado en los supuestos accesos indebidos ocurridos durante las investigaciones sobre la compra del edificio. La Oficina de Prensa del Vaticano ha confirmado que la reunión, celebrada el 17 de septiembre en Perugia, era necesaria para acordar los términos de la cooperación entre las dos oficinas judiciales.
En los últimos días, surgieron informes que apuntaban a la recopilación de datos sobre varias personas implicadas en el proceso de la compraventa del inmueble de Sloane Avenue. Este caso ha sido uno de los más destacados en los tribunales vaticanos en los últimos años, prolongándose durante dos años y culminando con la condena de diez acusados en primera instancia.
La condena al cardenal Becciu y su relevancia en el caso
El caso del edificio en Sloane Avenue se ha convertido en uno de los procesos judiciales más complejos y mediáticos que ha afrontado el Vaticano en tiempos recientes. Entre los principales acusados estaba el cardenal Angelo Becciu, ex prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien fue juzgado por su presunta implicación en irregularidades financieras relacionadas con la compra del edificio de lujo en Londres.
El Tribunal del Vaticano, en un proceso que se extendió desde 2021, implicó a diversas personalidades de la curia y empresarios cercanos al entorno financiero del Vaticano. Aunque Becciu siempre ha defendido su inocencia, su figura quedó en el centro de un escándalo que sacudió la reputación de la Santa Sede, especialmente en cuanto a la gestión de sus recursos financieros.
La compra del edificio de Londres, financiada en parte con fondos reservados del Vaticano, se ha señalado como una operación turbia que involucró a intermediarios externos y generó pérdidas millonarias para las arcas vaticanas. El inicio de la colaboración entre la Fiscalía de Perugia y el Vaticano en la presente investigación apunta a un intento de esclarecer las posibles responsabilidades adicionales, en un caso que sigue generando titulares.
Esta cooperación entre ambas entidades judiciales es crucial para seguir desentrañando las implicaciones de uno de los mayores escándalos financieros recientes en la Santa Sede, que ha dejado al descubierto fallos en los sistemas de control y rendición de cuentas dentro del Vaticano.