El cardenal estadounidense Raymond Burke también se suma a las críticas a la blasfema inauguración de los Juegos Olímpicos de París.
El cardenal Burke se refirió a este suceso durante su homilía del miércoles en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Wisconsin.
«El pasado viernes fuimos testigos de una manifestación increíble de la oscuridad y del pecado en nuestro mundo: la abominable burla de la Sagrada Eucaristía en su Institución para la inauguración de los Juegos Olímpicos de verano en París. Es difícil imaginar algo más degradado y blasfemo», afirmó el purpurado.
Raymond Burke denunció en la homilía que «el hecho de que semejante acto haya podido ocurrir nos muestra, de la manera más dolorosa, cómo lo que una vez fue una cultura cristiana se ha convertido en el teatro de Satanás y de quienes cooperan con sus planes completamente malvados, los planes de “un asesino desde el principio” que “no tiene nada que ver con la verdad”, los planes de “un mentiroso y el padre de la mentira”».
«Nuestro disgusto y nuestra ira por lo que sucedió en los Juegos Olímpicos de verano despiertan de nuevo nuestra conciencia de tantas otras manifestaciones de la rebelión abierta contra Dios y su plan para nuestra salvación en el mundo en que vivimos: ataques a la vida humana y su cuna en la familia creada por el matrimonio de un hombre y una mujer, y ataques a la religión misma y a su libre ejercicio», agregó el cardenal.
Además, Burke no dejó pasar la ocasión para recordar que «en la Iglesia, también, somos testigos de la propagación deliberada de la confusión y el error sobre las verdades de nuestra fe, la secularización de la Sagrada Liturgia y la falta de respeto por el fundamento irreemplazable de la caridad en el respeto a la justicia y al imperio de la ley».
En ese sentido, el purpurado estadounidense instó a los fieles a «no dejarnos llevar por el temor inútil y el desaliento cobarde». «Cristo, «el mediador de una nueva alianza», uniéndonos en verdad y amor con Dios, nos enseña, nos santifica y nos disciplina en su santa Iglesia, manteniéndonos seguros con Él en la peregrinación hacia nuestra patria eterna con Él. Dirijámonos a Él, con corazón humilde y contrito, para que pueda obtener en nosotros la victoria sobre las tinieblas y el pecado, la victoria de la vida eterna», incidió el cardenal.
Por último, el cardenal Burke propuso lo siguiente: «Consciente de la gravedad de la oscuridad y del pecado que nos derrotaría y destruiría, e igualmente consciente de la victoria sobre la oscuridad y el pecado, que es nuestra en Nuestro Señor Jesucristo, he invitado a los católicos de todo el mundo a hacer una novena de nueve meses a Nuestra Señora de Guadalupe, pidiéndole que nos lleve a su Hijo, que es el único que es nuestra salvación, y que traiga a muchos, muchos más que aún no están vivos en Él, a conocerlo, amarlo y servirlo mediante el don de la fe y el Bautismo».