Fin de año movido en Roma. Según varios medios, el Papa podría estar preparando el último ‘golpe’ del año: expulsar a 400 sacerdotes ‘rebeldes’ de la Iglesia siro-malabar por no acatar las órdenes de Roma.
Según publica La Croix, Pablo Gefaell Chamochín, sacerdote del Opus Dei, profesor de Derecho Canónico en Roma y consultor del Dicasterio para las Iglesias Orientales, dijo a los periodistas el lunes 18 de diciembre que, esta vez, la ruptura con la Santa Sede afecta a cerca de 400 sacerdotes de siro malabares en el estado de Kerala, en el sur de la India, quienes se espera que sean excomulgados cerca de Navidad.
El sacerdote español de 63 años afirmó que las excomuniones se refieren a sacerdotes de la Arqueparquía de Ernakulam-Angamaly en Kerala que rechazaron una reforma litúrgica decidida por el Sínodo de la Iglesia en 1999 y en vigor desde 2021.
Los curas de la Iglesia siro-malabar en India se niegan al unísono a aplicar las disposiciones relativas a la dirección en la que el sacerdote debe celebrar la misa cara a los fieles y no de espaldas.
El origen del problema
La archidiócesis de Ernakulam-Angamaly, la segunda diócesis católica más grande de la India con el 10 por ciento de los casi 5 millones de católicos siro-malabares, rechazó la misa del sínodo y exigió que el Vaticano acepte su misa tradicional como una variante de la liturgia.
Durante casi cinco décadas, la archidiócesis de Ernakulam celebró la misa con el sacerdote de cara a los fieles. En agosto de 2021, el sínodo de la Iglesia siro-malabar introdujo una forma uniforme de celebrar la Eucaristía en la que el sacerdote se enfrenta a los fieles en la primera y última parte de la misa y durante el resto de la misa se vuelve hacia el altar.
Después de la resistencia inicial, todas las diócesis, excepto la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly, adoptaron la misa aprobada por el sínodo.
La reforma nunca se ha aplicado en Ernakulam-Angamaly, donde el arzobispo firmó un decreto que permite a su clero apartarse de la decisión del Sínodo Siro-Malabar. Es una excepción que ha durado demasiado, ya que el Vaticano la ve como una amenaza a la unidad de la Iglesia local.
Por lo tanto, el Vaticano dio a los sacerdotes recalcitrantes hasta el 25 de diciembre para implementar el cambio. Pero hasta ahora sólo una docena de ellos han aceptado obedecer la decisión de su Sínodo.
En el punto de mira de Francisco
La polémica llegó a tal punto que hace unos días el Papa Francisco cesó al líder de la Iglesia siro-malabar en la India al aceptar la renuncia del arzobispo mayor, el cardenal George Alencherry y a Andrew Thazhath, el administrador apostólico que él mismo nombró hace dos años para la archidiócesis «rebelde».
Pero Francisco quiso acompañar su decreto con otros dos gestos: una carta personal a Alencherry y, sobre todo, un sentido mensaje en vídeo a la archidiócesis de Ernakulam-Angamaly en el que el pontífice pide encarecidamente que la próxima Navidad se celebre el rito eucarístico en todas las Iglesias según la modalidad «unificada» adoptada por el Sínodo de la Iglesia siro-malabar, tras años de discusiones, pero rechazado por el clero de la diócesis donde se encuentra la sede del arzobispo mayor.
“Vosotros sois iglesias, no os convirtáis en sectas”, dijo Francisco. “No obliguéis a la autoridad eclesiástica competente a tomar nota de que habéis abandonado la Iglesia, porque ya no estáis en comunión con vuestros pastores y con el sucesor del apóstol Pedro, llamados a confirmar a todos los hermanos en la fe y a preservarlos en la unidad de la Iglesia».